Así son los nuevos ‘rasputines’

  • Así son los nuevos ‘rasputines’

    zentauroepp50335681-mas-periodico-combo-susurradores191010184442-1570726038081

    En 1998, Robert Redford protagonizó una película con un título que hizo fortuna: ‘El hombre que susurraba a los caballos’. Y el caso es que esa idea, la de alguien que habla al oído de otro, es la que más ha descrito históricamente la figura del consejero áulico, del asesor, de la persona de confianza de los líderes, ya sean reyes, presidentes, dictadores, primeros ministros o sucedáneos. Desde tiempo inmemorial, los grandes (y no tan grandes) mandatarios han tenido a su lado a quienes sobre el papel no mandan pero influyen.

    ¿Que a veces traspasan esa delgada línea roja? Que no lo hagan depende de la calidad y la fortaleza del teórico líder. Puede pasar también que la notoriedad del asesor ponga fácil a los adversarios y a los medios una caricatura que debilite al político y a su mano derecha. Uno de los dos casos se ha dado seguro con el papel que se atribuye al jefe de gabinete de Pedro Sánchez en Moncloa, Iván Redondo.

    Bambalinas del poder
    El esquema es un clásico y se repite también en esta ocasión. Un asesor de comunicación o de estrategia que se identifica como el gran «poder en la sombra», en este caso de un presidente, va cobrando peso en el relato de los medios y acaba siendo objetivo político por la capacidad de incidencia excesiva que se le atribuye. Eso acostumbra a dibujar un líder político al albur de la demoscopia o del ‘marketing’, vacío de ideología y sin demasiado criterio propio, en manos de un calculador personaje a quien nadie ha elegido en ninguna urna y que básicamente maquina tras las bambalinas del poder, y de ahí que sean rebautizados como ‘rasputines’, ‘maquiavelos’ o gurús.

    Evidentemente, todo ello con un toque peyorativo que es el que acostumbra a describir en las crónicas a estos personajes que, no lo olvidemos, trabajan para elevar muros de protección entre sus asesorados y los medios o los adversarios políticos. Son un obstáculo, en este sentido, y así los leen la oposición y los medios. Cuanto más poder de influencia tienen, por tanto, más objeto de crítica son y a la vez más crecen las leyendas sobre ellos.

    Estos son ocho de los más representativos:

    IVÁN REDONDO
    Un ‘millennial’ al mando

    El gran estratega de Barack Obama en sus dos exitosas campañas presidenciales, David Axelrod, cuando en una ocasión le pidieron que resumiera cuál era su función como consejero principal de su líder en la Casa Blanca, le puso lírica a la cosa: «Yo soy el guardián del mensaje». A eso se dedica el jefe de gabinete de Pedro Sánchez en Moncloa, Iván Redondo. A la manufactura de un relato, de una imagen, de un discurso (no solo verbal), que impulse a un líder.

    Este vasco formado en comunicación por la Universidad de Deusto, nació en San Sebastián en el año 1981, por lo que forma parte de la generación conocida como ‘millennial’, integrada por los nacidos en los años 80 y 90 del siglo pasado. Pero el estereotipo que dibuja a sus compañeros de hornada como la «generación perdida» no lo retrata para nada. Tuvo muy claro y localizado desde el principio lo que le gustaba y sus referentes: la comunicación política y Estados Unidos. Ha seguido y estudiado mil y un casos de éxito y de fracaso en ese mundo anglosajón, y a eso le aplica método. Es fan de la estrategia del ajedrez aplicada a la política, y de ahí su afición a actuar con sondeos y encuestas como guía. Y también a lo anglosajón, encarna un tipo de asesor poco o nada ligado a las estructuras de los partidos. Como consultor ha asesorado a políticos del PP como José Antonio Monago (Extremadura) y Xavier García Albiol (Badalona), y desde las primarias en las que Pedro Sánchez se impuso a Susana Díaz y al aparato del PSOE, ha sido el estratega de referencia del actual presidente del Gobierno.

    KELLYANNE CONWAY
    ‘Miss’ Desinformación

    En una de las imágenes promocionales de la última temporada de la serie ‘Juego de tronos’, a un lado, Lord Varys, uno de los clásicos y más influyentes miembros del Consejo Real, tapa con su mano algo que dice al oído de otro de los protagonistas. Varys, que al inicio de la serie era el Consejero de los Rumores, es conocido popularmente como ‘La Araña’. Un sobrenombre con connotaciones inquietantes, algo que también es muy habitual que recaiga sobre las personas que susurran al oído de los grandes líderes. Es el caso de Kellyanne Conway (en la foto, en primer plano), la Consejera Jefe de Donald Trump en la Casa Blanca. Le acompaña desde que dirigió su campaña electoral, convirtiéndose así en la primera mujer que lo hace con éxito camino de la Casa Blanca, y se mantiene intocable al lado de un presidente que tiene récord en cese de asesores.

    Experta en demoscopia que fundó hace años su propia consultora de encuestas, se ha hecho famosa por describir mentiras de miembros de su Administración como «hechos alternativos». Convierte así las famosas ‘fake news’ de Trump en ‘alternative facts’. Es su más aguerrida defensora en los medios. Y si es necesario, cuando se acusa de racismo al presidente, pregunta sobre el origen étnico del periodista que la interroga sobre ello en rueda de prensa. De ahí que la hayan rebautizado de mil maneras, como por ejemplo: Miss Desinformación, Kelly ‘Spam’ Conway, La susurradora de Trump, La suma sacerdotisa de los hechos alternativos o La guardiana de la Cámara de los secretos.

    DOMINIC CUMMINGS
    El señor del algoritmo

    HBO emitió este 2019 una película de impacto político, ‘Brexit: The uncivil war’, que tenía como gran protagonista a un asesor político que a mediados de este mismo año pasó a ser el jefe de estrategia del primer ministro británico, Boris Johnson. Es Dominic Cummings y su notoriedad no tiene nada que envidiar a los grandes ‘spin doctors’ británicos que a finales de la década de los 90 pusieron esta figura en el centro de la escena política, muy especialmente de la mano de Tony Blair y su exitoso Nuevo Laborismo.

    En la raíz etimológica del verbo ‘to spin’, se identifican términos como manipulación, cambio de sentido y golpe de efecto, que describen bien lo que define una parte (no el todo) de la acción de los asesores de comunicación y estrategia al servicio del impulso de un líder y de su proyecto. Y ahí Cummings retrata a la perfección este esquema y sus consecuencias. Es conocida la influencia decisiva que tuvo en el éxito de la campaña del ‘brexit’ del 2017, de la cual fue el director para el ‘Leave’. Se sabe que hizo pivotar gran parte de sus mensajes en la segmentación de públicos que los algoritmos de Internet señalaban como los más óptimos, y lo hizo sin demasiado escrúpulo si eso no implicaba decir verdad. Hizo que su causa ganara, pero también la estigmatizó junto a él y a sus métodos. Ahora, con Boris Johnson en el poder, eso es plomo en las alas del gobierno, pero el líder de momento confía en él ciegamente.

    BEATE BAUMANN
    ‘El entorno’

    Desde 1992 trabaja a diario, codo con codo, con Angela Merkel. Y allí donde la líder democristiana alemana ha tenido responsabilidades políticas, y por tanto despacho, el de Beate Baumann (a la derecha de la foto) ha sido anexo al de su jefa. También en la Cancillería, donde es la directora de la Oficina de la Canciller desde que ahí aterrizaron en el 2005. De hecho, Baumann ya había acompañado a Merkel también en su aterrizaje en la secretaría general de su partido, la CDU, en 1998, como jefa del Departamento de Planificación.

    Siempre con traje-chaqueta (como Merkel), con peinado cómodo y con pocas florituras (como Merkel) y con maquillaje casi inexistente (aquí a Merkel la obligan, cuando toca, a lo contrario), acentúa más que su líder la frialdad y la distancia en el trato con terceros. No da entrevistas y huye de las cámaras como de la peste. Su ámbito de actuación es la retaguardia y tiene muy presente que para ser útil es necesario que todo el protagonismo recaiga en la canciller.

    Formada en parte en Cambridge, en el Reino Unido, es una firme creyente en la utilidad de las encuestas y los sondeos al servicio de la estrategia política. Ella los encarga, los escruta y extrae conclusiones que van directas a una Merkel que actúa en consecuencia. La prensa alemana lo tiene claro y cuando debe describir «el entorno» de Merkel, el círculo queda rápidamente delimitado a un primer nivel jerárquico: Beate Baumann. Así, a pesar de su discreción, ha sido considerada en más de un ‘ranking’ como la segunda mujer más poderosa de Alemania.

    SYLVAIN FORT
    ‘Monsieur’ Comunicación

    De todo el equipo que aupó desde la sala de máquinas a Emmanuel Macron a la presidencia de Francia, el de Sylvain Fort es el perfil más cercano a lo que los anglosajones describen como un ‘spin doctor’. Él fue el asesor de comunicación que un bien aconsejado Macron contrató al dejar su ministerio en el Gobierno del socialista François Hollande. Él dibujó el mensaje de campaña de Macron y redactó algunos de los discursos clave.
    Pero Fort describe bien otra de las cruces que pesan sobre los asesores de los grandes líderes: acostumbran a ser un fusible que se funde rápido. Su esperanza de vida política suele ser corta porque gestionar al más alto nivel la comunicación de un gran mandatario comporta un gran desgaste personal y profesional.

    Así, la gestión comunicativa de la agria polémica por la actuación de un antiguo guardaespaldas de Macron que agredió a un manifestante en las calles de París durante una manifestación por el 1 de mayo (‘caso Benalla’), sumada a las protestas de los ‘chalecos amarillos’ y las disputas sobre el programa de reformas del mandatario, provocaron su dimisión en enero del 2019, ni dos años después de llegar al Elíseo con el líder del movimiento ‘En Marche!’.

    El documental ‘Emmanuel Macron: El ascenso al poder’ (Netflix, 2017) ya mostraba la mala relación que Fort cultivaba con los periodistas. «Simplemente Fort detesta a los periodistas», dijo de él tras su dimisión Michaël Darmon, uno de los editorialistas más influyentes de Francia.

    GERALD BUTTS
    Justin y Mr. Hyde

    Gerald Butts tuvo como referente político a su tía Peggy Butts, que influyó mucho en su formación. Peggy, monja católica, maestra de escuela y activista social, liberal de toda la vida, fue senadora e inculcó una serie de valores a su sobrino que lo han descrito durante una etapa importante de su carrera como asesor, pero que como secretario principal del primer ministro liberal de Canadá Justin Trudeau parecieron colapsar hasta llevar a su dimisión por un presunto caso de interferencia política en un proceso judicial.

    Butts, amigo de Trudeau desde la universidad y hombre clave en su victoria (a la primera y por mayoría absoluta) en unas elecciones generales en Canadá, llevaba años construyendo un relato «en positivo» para un líder que consiguió desencadenar una ola de apoyo popular resumido con un concepto: la ‘trudeaumanía’. Imagen joven, sonriente, dinámica y gentil con todos. Pero rápidamente Butts, desde el despacho adyacente al del primer ministro, se mostró agrio e implacable con quienes atacaran a su líder.

    El perfecto Justin y su consejero Butts representan algo parecido a las dos caras del clásico Doctor Jekyll y Mister Hyde. Dos almas en un mismo cuerpo. Y a las apariciones sonrientes y con calcetines llamativos de Justin, las acompañaban agrias polémicas que su mano derecha protagonizaba con periodistas y opositores en Twitter. Y fueron a por él cuando resbaló. Dejó el gobierno pero siguió, en la sombra, como pieza clave en la campaña para la reelección de su amigo. Continuará.

    ALEKSÁNDR DUGIN
    El Rasputín moderno

    El famoso santón Rasputín y su influencia sobre el último zar ruso, Nicolás II, y su esposa, la zarina, son historia y a la vez leyenda. Era algo más que su gurú y consejero espiritual, y de él se dijo que los manipulaba a su antojo y que sobre ellos ejercía una autoridad que sobrepasaba los límites de lo razonable. Es por ello que cuando se describe a los grandes asesores de los grandes líderes a menudo se les denomina ‘rasputines’. Y ya el colmo de ello llega cuando un gurú lo es de un todopoderoso presidente ruso como Vladímir Putin. ¿Quién es uno de los ‘rasputines’ de Putin? Aleksándr Dugin.

    Este filósofo, a pesar de que no ostenta ningún cargo oficial en el gobierno del presidente ruso, ha tenido gran influencia en el Kremlin de Putin. De hecho, él y sus tesis, que pasan en clave geoestratégica por la creación de un Imperio euroasiático que considera que con la llegada de Donald Trump a la presidencia está más cerca. ¿Por qué? Fácil. Según Dugin, la llegada del republicano a la Casa Blanca supondrá la desaparición de «la hegemonía liberal de Occidente», que es precisamente contra lo que hace décadas que trabaja, algo contra lo que lleva luchando toda su vida. Su obsesión es la creación de un Imperio alternativo, y estas tesis las ha teorizado con éxito para un Putin con sed de poder absoluto y expansivo. Su papel ha sido importante lejos de los focos de las cámaras y de los grandes actos, como ideólogo de las políticas de Putin y en las relaciones diplomáticas de Rusia.

    OLAVO DE CARVALHO
    Ideólogo a distancia

    La noche del 28 de octubre de 2018, mientras miles de brasileños celebraban por las calles de su país la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, uno de los protagonistas de sus eufóricos cánticos se encontraba a más de 7.500 kilómetros de distancia. Ellos jaleaban «¡Olavo tiene razón, Olavo tiene razón!», mientras que el interpelado, Olavo de Carvalho, seguía la noche electoral con la que había soñado durante años, desde su casa en el condado de Dinwiddie, en Virginia, Estados Unidos.

    Desde ahí, desde su autoexilio en Norteamérica, este filósofo autodidacta de 72 años hacía años que grababa y subía vídeos en Youtube, blogs y redes como Twitter, con un discurso inflamado, conspiranoico, homófobo y grosero, al que detractores y fans suyos atribuyen ser la base teórica que impulsó el ascenso de Bolsonaro. El hijo del presidente lo reivindicó así poco después, en marzo de 2019: «Sin Olavo no habríamos ganado la elección. Sin Olavo, no habría un presidente Bolsonaro». Y el aludido, por su parte, lo constató: «Yo generé ese apetito por ideas diferentes. Esa sed no existía: la creé yo».

    Quien fuera estratega jefe de Trump, Steve Bannon, dice reunirse habitualmente con él, a quien considera un «pensador trascendental». Bolsonaro, por su parte, la noche de su victoria electoral, durante su discurso, mostraba junto a él un libro de Carvalho, quien le ha influido a la hora de nombrar a dos ultras para las carteras ministeriales de Educación y de Relaciones Exteriores.

    (Para leer el artículo en EL PERIÓDICO, clicad aquí)