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- 09 may
Ahora (no) es la hora
Hay tanto listo por metro cuadrado, que yo no sé cómo es que en Cataluña no hace ya tiempo que deberíamos haber encontrado una solución al conflicto político que vivimos. Hay listos que saben cómo acabará todo y dicen que no puede ser de otra manera. Unos dicen que votaremos clarísimamente y sin problemas. Los otros dicen que simplemente no se puede votar y que esto ni se contempla. Otros dicen que si esto no sucede, la culpa será de los convergentes, como cualquier cosa siempre desde el asesinato de Kennedy, y ya sabiendo incluso que moverá los hilos en la sombra para dinamitar todo desde del pérfido invento del PDeCAT. Otros dicen que está claro que es la ambición desatada de Junqueras y su Maquiavelo en la sombra, los que están pactando en secreto para salvarse de un fracaso político anunciado y así heredar la hegemonía convergente en una nueva pantalla política. Dicen, dicen, dicen. Y cuando recuerdas esta expresión, te viene a la cabeza el presidente Pujol, y con él sus hijos y su mujer, que podría haberse descrito como “la madre superiora” para acarrear dinero para cuentas corrientes del país de los Pirineos. Y todo ello sería como para hacer caer el alma a los pies, porque además pasa cuando se hace desfilar una presidenta del Parlamento y el espesor de su mesa ante el juez por unas votaciones en el Parlamento, pero es cuando esto ocurre que deberíamos ver claro. Cuando aún hay gente dispuesta a apoyar a estos representantes de la ciudadanía, a pesar de todo. Algunos decían que quienes ayer acompañaron Forcadell, Simón y compañía fueron pocos, pero yo creo que, visto el panorama, siguen siendo muchos. Y aún diría más, el contexto dice claro que ahora no es el momento de que la multitud salga en tromba en la calle. ¿Para qué? ¿Para quemar ahora este cartucho? No. Demasiado quemado, además de listo, ya tenemos por metro cuadrado.Ahora no es la hora de salir en tromba en la calle, aunque una vez dicho esto, también me gustaría ver qué otra causa política y social saca hoy en día las personas que ayer de madrugada y en jornada laborable acompañaron y dar apoyo a Forcadell y compañía. Pero ahora no es el momento porque el pulso al Estado no ha llegado a su momento clave. Nos lo demuestra la cantidad de tonterías que unos y otros van haciendo correr entre bambalinas, todo entreteniéndose en hacer de oráculos ya hacer cartas a los Reyes, mientras no hay concreciones y espesor de acciones y de iniciativas que fuercen a centrarnos en ella ya pronunciarse a ellos en función de realidades, no de especulaciones. Ahora parece que es la hora donde el cálculo pequeño aún acompañando un proceso político que reclamará de la grandeza individual de muchos y de grandes movilizaciones en la calle y en las urnas. ¿Cuando pasará esto? Nos iremos enterando, entre otras cosas, cuando el ruido y los listos vayan esparciendo. Y si no lo hacen, también nos enteramos, en este caso de un fracaso estrepitoso.
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