-
- 06 sep
¿Regreso al futuro?
Teatro, pero del malo. Lo del viernes y el segundo fracaso de Mariano Rajoy ya se sabía, porque estaba escrito en el guión de una obra de teatro que no por nueva aporta nada de positivo. Es como aquello de la diferencia entre “nueva” y “buena” política. Lo de tanto fracaso en debates de (no) investidura es nuevo, pero no necesariamente bueno, muy especialmente si acaba en terceras elecciones y si todo lo que hemos vivido de un tiempo a esta parte se convierte en una especie de “regreso al futuro”. ¿Volveremos al bipartidismo PP-PSOE en España? Está muy en manos de Pedro Sánchez, que si quiere esto último habrá tirado por la borda el crédito que ha ganado resistiendo las presiones a las que le han sometido propios y extraños.
Porque una cosa no quita la otra y eso se le debe reconocer al líder del PSOE: está resistiendo como no era de esperar. Lo dije en su día: aquello del ‘pressing CUP’ no era nada más que un “bienvenidos al mundo real” que dramatizó con mucha salsa una formación política muy dada a a criticar mucho y a construir poco. Lo veía claro hace meses, pero ahora, comparando aquellas supuestas presiones para que los de Anna Gabriel invistieran a Artur Mas, con las que ha sufrido, sufre y sufrirá Sánchez para investir a Rajoy, aquello queda claramente en masaje con caricia final. Pero eso no salva a Sánchez por sí solo.
LA FRAGMENTACIÓN POLÍTICA
Está quedando claro que a día de hoy (mañana ya veremos) es Sánchez y no Pablo Iglesias el gran antagonista de Rajoy. Pero también es verdad que Podemos (y Ciudadanos con alguna ayuda más) está ahí por los errores de PP y PSOE. Los populares está claro que no quieren rectificar porque creen que lo que se deriva de la actual fragmentación política, a pesar de todo, les puede acabar beneficiando electoralmente. Pero, ¿y el PSOE?
Ni Rajoy ni terceras elecciones. Ese debería ser el mantra que Sánchez y su entorno (el que le quiere bien) tendrían que repetir mentalmente hasta interiorizarlo y traducirlo en la construcción de una mayoría parlamentaria en el Congreso que se ha demostrado que existe. 180 frente a 170 diputados. Ahí está un bloque que comprende de la izquierda de Podemos al centro del Partit Demòcrata Català y el PNV. Eso sí, la mayoría alternativa existe si se quiere hacer algo nuevo y de provecho. Ahí está el gran desafío y la gran verdad o mentira del espectáculo con que estos días nos torturan sus señorías, sobre todo si es para tener más de lo mismo.
(Para leer el artículo en EL PERIÓDICO, clicad aquí)