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- 06 sep
De confianza y palabrería
A mí que la Cup diga que va a votar a favor de la cuestión de confianza planteada por el presidente Puigdemont no me aporta nada. No me aporta ni que lo digan ni que lo hagan. Y básicamente porque sabíamos todos, desde el minuto uno del anuncio de la cosa, que esto pasaría. Sus señorías de la Cup dicen que el cálculo político no va con ellos, pero esto el resto nos lo tenemos que creer tanto como sus pactos, es decir más bien poco. De cargarse ahora el gobierno lo echa todo a paseo y todos los señalarían, por tanto no lo harán. Lo que interesa de verdad son los presupuestos, y aquí siguen mareando la perdiz.
Mucha gente, en España, sobre todo gente de cierta edad (pero no necesariamente sólo ciudadanos en la franja alta de edad) han votado en los últimos años por el PP con una motivación de miedo. De temor por lo incierto, por la inestabilidad y sus posibles consecuencias nefastas sobre las pensiones, por ejemplo. Y han votado PP como podían haber votado cualquier otra cosa que sea en el gobierno y que se erija en antídoto plausible contra quienes teóricamente pueden amenazar todo esto. Pero, ¿y en Cataluña?
En Cataluña hay gobierno, sí, pero la incertidumbre es toda, por el gran desafío político y social defendido en primer término por quienes encabezan el Ejecutivo y que son mayoría en el Parlament. ¿Les hace falta incertidumbre añadida? No, básicamente no pueden asumirla. Y si alguien cree que en un próximo ciclo electoral catalán, constituyente o no, podrán sumar mayoría las actuales fuerzas en el poder si persisten en el desconcierto que generan en cuestiones básicas como los números y las cuentas que nos interesan a todos, este alguien está muy equivocado.
¿Hay desconcierto y crisis de identidad y de definición al PDC? Sí. ¿Esquerra está bien pero tampoco para tirar cohetes y sola no lo podrá hacer? También. La Cup sabrá hacer alguna cosa política de provecho durante este mandato en clave en que es decisiva, ¿sin necesidad de que se lo imploran mil y un veces? Determinante. Lo será que los tres actores políticos clave hagan su trabajo, cada uno por su parte. Pero, ahora mismo, que tiren los presupuestos adelante juntos, y que se pongan ya a generar confianza a chorro, o el resto sólo habrá sido palabrería que nos podríamos haber ahorrado.
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