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- 13 jun
¿La campaña del cambio?
La palabra “cambio”, en campaña, es un talismán que puede llegar a sumar mucho a aquellos que consiguen anexarlo a la imagen de su candidatura. En estas elecciones del 26-J incluso hay un cierto abuso de ella, en los eslóganes y en los mensajes electorales. Pero, paradójicamente, un partido que no lo menciona mucho en su discurso es seguramente aquel que más puede cambiar, él mismo, según como vaya la campaña. Hablo de Convergència.
Dicen en su eslogan que tienen “mucho por defender”. ¿Posicionamiento a la defensiva? Un poco sí. No van al ataque, a ganar. Queda claro que, como mucho, miran de resistir posiciones. Y este espíritu también acompaña de fondo el espíritu con que están encarando su congreso decisivo de julio donde tienen que decidir qué quieren ser (y cómo quieren llamarse) ahora que han decidido “mutar”, en terminología Eulàlia Reguant. ¿Pero lo quieren de verdad o tienen tentaciones más que evidentes de hacerlo “pero dentro de un orden, no fuera caso”, al estilo más clásico de la caricatura del hacer convergente de toda la vida?
Por ahora, suena mucho e insistentemente por todo el universo convergente que la figura del diputado Jordi Turull sería la opción más consolidada para asumir el liderazgo orgánico del nuevo partido, con la aquiescencia de Artur Mas, Francesc Homs, el actual aparato de Convergència e incluso un sector importante entre los más jóvenes de la casa, encabezado por el presidente de la Associació Catalana de Municipis (ACM) y alcalde de Premià de Mar, Miquel Buch. Es la opción “segura”, la del “no nos haremos daño”, la de aquello de decir “pararemos a Germà Gordó (y el regreso a la Convergència más clásica)”, la de “el hombre bueno”. ¿Pero es una opción suficiente para provocar el revulsivo que necesita Convergència, por mucho que todo el mundo tenga asumido que esto se espera sobre todo de quien tiene que ser el candidato a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont?
Las elecciones del 26-J, en este sentido, pueden provocar un verdadero cambio en Convergència, muy especialmente si los resultados son los muy malos números que apuntan las encuestas. Y ahí en la banda que va calentando el alcalde de Igualada, Marc Castells, que podría contar con el apoyo de otros como el de la Seu, Albert Batalla, el de Sallent, David Saldoni, y unos cuántos más, de cara a provocar un cambio real que vaya más allá de una reorganización y acondicionamiento del partido. De aquí que algunos en CDC se lamenten amargamente por la “inoportunidad” de estas elecciones españolas, mientras que otros las celebran.
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