-
- 15 may
Qué frena ERC
Cada día tengo más claro que se equivocan mucho aquellos que estigmatizan Artur Mas y su equipo por haber llevado Convergència al declive. Y ahora hablo en clave de partido, no de país, que es precisamente allí donde señalan estas mentes preclaras. Personalmente creo que la apuesta clara por el soberanismo era obvio que tenía que llegar tarde o temprano a un partido nacionalista como Convergència, por su más importante componente ideológica, pero también por la evolución del país y del tronco central del catalanismo. Dicho esto, en clave de lógica interna de Convergència (que como todo partido aspira al poder, para gestionarlo ya partir de ahí tratar de transformar la realidad), tengo también muy claro que sin su apuesta por el proceso soberanista habría fracasado hace mucho tiempo.
El PSC se ha debilitado extraordinariamente (no precisamente por su apuesta independentista, que no ha sido nunca). El colauismo y todo lo que baraja en este entorno (Podemos, Iniciativa …) está claro que toma el relevo de lo que fue para muchos el Partido de los Socialistas. La CUP ha emergido a su izquierda, en clave independentista. Y Esquerra se ha consolidado a nivel nacional (más que a los municipios). Con estos tres últimos actores sobre la mesa, lo extraño es que no hayan reversión ya lo del Tripartito, ahora con nueva distribución de fuerzas y de siglas. ¿Qué ha frenado Esquerra para apostar? El tan denostado “proceso”.
La alcaldesa Colau ya lo ha dicho un montón de veces. Este fin de semana, su segundo en el Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, ya volvía, defendiendo un “frente amplio” con CUP, ERC, PSC y ellos en Barcelona. Pero la CUP de Barcelona es mucho menos de ese mundo que la CUP en general (admitido por cupaires de todas), y este factor en parte, lo que hace hoy por hoy impracticable la fórmula es que Esquerra va de la mano de Convergència, compitiendo electoralmente, en una hoja de ruta independentista que en teoría aún tiene ante sí un año y pico de margen. ¿Y si esta opción salta por los aires, antes o después del plazo mágico de los 18 meses? Entonces la opción de Esquerra (que ahora no puede proyectarla por aquello de no decepcionar y perder votos entre los independentistas de buena fe) sería con toda naturalidad la del frente de izquierdas.
En los ayuntamientos comenzó a rodar la fórmula de los tripartitos que pasados los años cuajarían en un gobierno catalán. Colau ya hace días que lo tiene entre ceja y ceja (con la derivada catalana in mente, más allá del ámbito barcelonés). Esquerra la invistió a cambio de nada, ahora le da votos para aprobar los presupuestos, pero de momento prefiere quedarse en este punto. De momento. Por sus propios cálculos en clave de país y de partido.
(Para leer el artículo en Món.cat, clicad aquí)