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- 27 may
Espíritu ganador (o no)
Tengo un amigo periodista, muy, muy anti independentista, que es en teoría del Barça pero que ya hace unos cuantos años que quiere que su club pierda todas las finales. Ya ven el daño que está haciendo esto del proceso, que tiene a gente, antes medio centrada, que ya no toca ni cuartos ni horas. Él tiene la teoría de que si al Barça le va mal, el soberanismo se resiente, por aquello de los estados de ánimo colectivos. Y es que la cosa, en definitiva, va del espíritu ganador, que dicen que se encomienda, o del perdedor, que se ve que también.
Y con esta cancioncita de fondo, nos encontramos con que el FC Barcelona hace su trabajo la mayor parte de los tiempos. Y sí, con victorias como la de la final de Copa de este domingo, en gran parte por cómo ayuda el españolismo más cavernario, sus victorias se anexan a las del catalanismo. En este caso, indefectiblemente, a la estelada independentista. El Barça esta temporada ha hecho doblete, y el domingo la victoria fue doble: Barça sobre el Sevilla, y independentismo sobre españolismo. Pero, ¿y este espíritu ganador encomienda bastante a la traducción política de todo? Tengo yo más dudas que mi amigo anti indepe.
Veo la CUP con espíritu ganador básicamente en asambleas donde lo que se quiere es tratar de marcar goles a los aliados circunstanciales que tan claro nos dejan cada día que los hace angustia de sostener al gobierno. Veo Esquerra con espíritu ganador de clasificaciones en las elecciones donde superen Convergència, no tanto como los primeros del ranking, en este caso, a cuatro días de las elecciones españolas, el colauismo y el podemismo. Veo los convergentes con espíritu ganador… básicamente de tiempo. Y veo la Asamblea Nacional Catalana con unas batallas internas donde no acabo de entender qué quieren ganar exactamente unos y otros.
Y todo ello, tan pequeño, cuando el campo soberanista hace tiempo que es un clamor para conseguir una victoria colectiva dificilísima y sin precedentes. Veo todo y pienso si el espíritu ganador, de tan poco que en Cataluña lo hemos sacado a pasear, no hace demasiadq vida encerrado en capillitas que no suman suficiente cuando más falta nos hace, en teoría no muy lejos de una gran final.
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