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- 18 abr
La culpa no es de Iglesias
Miquel Iceta, que la sabe muy larga, ahora trata de cargar presión sobre Pablo Iglesias, y dice que es curioso que los socialistas pacten fuerza por todas con Podemos y sus confluencias, y que justo allí donde está el líder de la formación morada por medio no se llegue a un acuerdo. Pícaro, en su línea. Pero no cuela, un poco como todos los recursos clásicos de los socialistas en los últimos tiempos, que les han dado bastante buen resultado durante décadas pero que ya parecen estar bastante gastados.
¿Tiene entusiasmo Iglesias y Podemos en pactar con Pedro Sánchez y el PSOE? No, y no lo han disimulado hasta hace pocos días, ahora que ya pinta que todo va camino del pedregal (en forma de elecciones) y que hay que poner cara de buen chico y no culpable de frustrar las expectativas de desplazar al PP del poder. Pero los socialistas son sobre todo víctimas de su conservadurismo (ellos que van de “progres”).
Rehenes de un conservadurismo absurdo que trata de retener lo que no tienen: un partido como el de antes, con las dimensiones de sus tiempos de éxito, y un país España, que ha cambiado, en parte gracias y en parte a pesar de ellos, mucho. Cataluña lo ha hecho especialmente. Y el vestido, hace décadas, ha quedado corto. Mucho. Demasiado. Y el socialismo quiere hacer como que aquí no pasa nada o como que con un parche aquí y un pañito añadido allí, la cosa va a pasar. Pero el peligro que corren es de pasar ellos.
El abrazo que han hecho a Ciudadanos y el hecho de que estigmaticen el derecho a decidir de los catalanes igual como lo hacen los de Albert Rivera o los del PP les puede reportar, especialmente en el PSC, una nueva etapa de descenso. Aún más, sí. Porque por el flanco teóricamente regenerador y españolista, pueden haber alimentado decisivamente a Ciudadanos. Y por el flanco del catalanismo, pueden haber regalado a En Común Podem, a Ada Colau y alrededores una carta de progresismo abierto y en conexión con una demanda muy transversal que existe en nuestro país. Y aquí la culpa (y el mérito) no es de Iglesias. Es autolesión.
Que el socialismo no mire hacia otro lado, o más gente seguirá haciéndolo cuando ellos hablen, girándolos la espalda.
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