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- 25 ago
¿Yo me lo merezco, tú te lo mereces… ?
Habrá reconexión, y rápida. Pero por eso no sufro. En los tiempos que corren, somos de conectar y desconectar al momento, y el acuerdo para la candidatura ‘Junts pel Sí’ llegó en el momento justo. ¿Intencionadamente? ¿Calculadamente? No, atropelladamente y rozando la escuadra con media afición casi infartada y con las uñas consumidas por los nervios, pero eso también es muy nuestro. Y llegó el acuerdo e hicimos también como siempre, medio quitándole importancia y buscando al instante otros frentes de preocupación sin haber terminado ni de paladar una candidatura inédita que busca un antes y un después de forma decidida. Somos así, no pasa nada. O sí, pero ahora no es este el problema. La cuestión es saber cómo reconectar para desconectar. Saber qué sumará y que estará en las próximas semanas decisivas a la opción de desconectar de Catalunya con España.Influirá mucho la conciencia y asunción del hecho de que merezca salir triunfante de este desafío, y por qué. Y en este sentido hay que decir que la parroquia catalanista empieza a tener bastante pistas del porqué debería coger impulso ahora que acaban las vacaciones y decidir con todas las consecuencias si cada uno de nosotros y el conjunto del país merece una segunda oportunidad, un recomenzar. Es eso, recomenzar en positivo, o trepar un camino de continuismo (aumentado) en la asimilación de Catalunya en la provincia que ni en tiempos autoritarios consiguieron que fuéramos.
¿Pistas sobre quién merece y quién no salirse con la suya? Aquí dos píldoras veraniegas que he pescado en medio de mi particular y voluntaria desconexión de agosto: primera, el mutis de la mayor parte de los líderes catalanistas implicados en el proceso soberanista, muy especialmente el presidente Mas y Oriol Junqueras. Han dado un claro paso atrás en sus egos y legítimas aspiraciones. Han decidido merecer no ser obstáculo sino suma y en este sentido han ayudado a multiplicar opciones. Han ayudado a que el protagonismo lo tenga la gente y una lista que en Madrid no pueden más que mirar de atacar diciendo que está llena de “famosos” y de “profesionales de otros ámbitos” que no son el político. Ayer el joven (con discurso viejo) portavoz del PP se ponía a ello tirando del argumentario de siempre. Cero novedad. Cero entender nada. Cero merecerse nada que no sea lo que está pasando en Catalunya.
Porque (y aquí segunda píldora), el unionismo, el más obsceno y el vestido con piel de cordero, no ha aportado nada. Su receta es o caducada o la absurda de siempre. O la del ataque con insulto o la del insulto a la inteligencia. O la de decir que aquí no pasará nada porque como decía el torero “lo que no pué sé no pué sé y ademá eh imposible”, o la de decir (pobre PSC) que hay una reforma federal que nos sacará “líos” de la cabeza, con corrección a la anécdota instantánea por parte del PSOE y con cierre del porticón a cal y canto (también al momento) por parte del PP. Frustración y compañía que igual algunos se merecen por persistentes en el error, pero que el resto no tenemos porque asumir como irremediable, porque hay, ahora sí, como nunca, alternativa. Y es lo que toca decidir, yo, tú, él, nosotros, vosotros y hasta ellos: ¿nos la mereceremos?
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