Hacer un Guardiola

  • Hacer un Guardiola

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    “Hacer un sinpa“, “hacer un calvo” … Las expresiones que empiezan así no siempre tienen un final del todo edificante. Pero me permitirán que con la propuesta de “hacer un Guardiola” rompa un poco la norma. Porque sí, en el fondo todos sabíamos que Pep Guardiola daría el paso en el momento adecuado. Que estaría ahí cuando fuera necesario. Que no fallaría. Y que lo haría sin estridencias, con la calma, sin necesidad de mucha gesticulación. Y, como él, creo que mucha gente hará igual de cara al 27-S.

    Ayer en la radio escuchaba como un tertuliano acusaba a “los convergentes” de hacer que están por la independencia, pero decía dudar de ello e incluso afirmaba vehementemente que, llegado el momento clave, serían los de Podemos, los Ubasart y Coscubiela, los que darían la cara y se la jugarían por la independencia. No como los Mas, venía a decir, y rememoraba implícitamente otros momentos de la historia (véase la República y la guerra civil española), como haciendo paralelismos. Un análisis que venía de persona inteligente pero plagada de prejuicio y con ganas de aplicar esquemas caducos a una realidad nueva, llena de nuevos ciudadanos y de nuevas miradas.

    Porque, gesticulaciones de pureza ideológica a un lado, y desterradas las ridiculeces de peticiones de credenciales soberanistas o demócratas, lo que tenga que pasar el 27-S y más allá vendrá de la mano de una sociedad madura y mayoritariamente vacunada contra el sectarismo que la ha capado en muchos momentos clave. Y no sólo quiero creer en ello, sino que además tenemos ejemplos que ayudan a ello, como la gran lista que han sabido impulsar Convergència, Esquerra y las principales entidades sociales del país. Ayudan a querer creer en firme en lo que proponen, casos como este y como el testimonio de Guardiola y tantos otros. Gente que si da lecciones es en el terreno de juego, arriesgando, innovando, sorprendiendo, jugándosela cuando es necesario, sin gran parafernalia ni autobombo previo. Haciendo lo que se espera o no, pero haciéndolo. Pasando bastante de los sesudos que desde la periferia de la centralidad política no sólo nos dicen cómo construir un estado sino que ya nos están perdonando al resto la vida y defendiendo sin alternativa plausible cómo deberá ser la sociedad de la Catalunya independiente.

    Pasar de eso, no crisparse, estimándolo como daño colateral del proceso que hay que asumir, es como muchos harán un Guardiola y, sin embargo, a pesar de ciertos compañeros de viaje, mirarán al futuro. Y así, si son suficiente gente, harán posible un cambio histórico. Un cambio que, de darse (que no está asegurado por causas exógenas y por unas cuantas bonitas de endógenas), llegará pasando bastante de aquella fatalidad histórica que muchos que dicen combatirla abonan con su proceder. No es el caso de Guardiola. Ya ha demostrado que es de no resignarse. Como tantos otros. Afortunadamente.

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