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- 17 may
Mini-Wert y los jóvenes viejos
Últimamente, en el programa ‘Polònia’ de TV3, la caricatura del ministro José Ignacio Wert ya no aparece siempre acompañada de su mini-Wert. La parodia dibuja al ministro como el Doctor Maligno, gran enemigo en la ficción de un especial agente secreto que el actor y director Mike Myers ideó para su sátira ‘Austin Powers’, sobre la saga de James Bond. El Doctor Maligno acostumbra a ir acompañado de un pequeño enano, réplica suya en miniatura. Y en el ‘Polònia’ procedían igual con Wert. Pero ya no es necesario. La política pequeña, en minúsculas, la hace el original mismo. Eso del PP ya lo teníamos, pero, ¿y qué me dicen de los partidos emergentes?
Ciutadans y Albert Rivera se abonan a ello, que por algo ha sido la lengua su gran reclamo electoral en Catalunya. ¿Y Pablo Iglesias? No me suena haberlo oído, contundente como es él, sobre Wert y la ley en la escuela catalana. Y me pregunto: ¿es porque estamos en campaña o porque serán así de pequeños siempre, como los partidos que dicen haber venido a relevar en fondo y forma? ¿Harán, en definitiva, como Wert y Mariano Rajoy (que lo impulsa desde Moncloa), política pequeña?
La pobre parroquia del PSC ya estaba hecha a que sus compañeros del PSOE, en polémicas de estas, se fundieran en el Congreso de los Diputados. Es lo que tiene el federalismo entendido a la española. De hecho, al PSOE, desde hace décadas se le ha notado tanto que es federalista como que es republicano. Es decir, entre poco y nada. Pero ahora tiene nuevos compañeros de viaje para decepcionar las expectativas de quienes en Catalunya todavía esperan algún gesto diferente, de fondo y de respeto por Catalunya y su identidad. En este sentido, quienes confiaban en el federalismo de Ciutadans ya sabían que la idea es pura retórica, como los tres cuartos del discurso de Rivera. Por este flanco ningún problema. Pero, ¿y para los creyentes en Iglesias y su revolución? Veremos. Veremos si realmente esperaban algo diferente.
Porque, ciertamente, como ha venido a decir Rivera estos días de campaña, hay que implicar a los jóvenes en el cambio político. Pero si esta idea se queda en implicar a los jóvenes en aquello que algunos han descrito como política vieja, asumiendo sus hechos y palabras, vaya desperdicio de incorporación. Habremos tirado de una nueva generación y de unas nuevas tecnologías, para vehicular discurso viejo. Habremos sumado jóvenes-viejos a una política cansada que así seguirá camino del agotamiento total, con desconexión previa y acelerada de las capas más concienciadas de la ciudadanía, por ejemplo en Catalunya.
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