Tengo una amenaza para ti

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    montoro

    Hoy, Sant Jordi, lo más bonito es poder tener un libro o una rosa (o las dos cosas) para alguien a quien quieres. Cristóbal Montoro, en cambio, que cuando habla tiene toda la pinta que el último libro que leyó fue hace mucho tiempo y que seguramente era volumen de cuentas, tiene para todos, Sant Jordi allá, básicamente amenazas. Para todos aquellos que no son los suyos, claro.

    Ayer leía en Twitter una de aquellas frases con ingenio que hacen fortuna. Una de aquellas frases con qué usuarios anónimos y otros con nombres y apellidos parece que compitan constantemente para ver quién es el más original o juguetón. Bien, en todo caso, decía el tuit algo así como: “Serán necesarios muchos independentistas yihadistas para tapar eso de Rato”. Como si alguien le hubiera leído la mente a Rajoy, a Jorge Fernández y compañía. Y bien, como que la fórmula ya se mostró en todo su esplendor grotesco y obsceno hace un par de semanas (es decir, ya hace una eternidad), alguien siempre solícito a hacer de hooligan ha prestado una idea de posible alternativa. Hablamos de Montoro, efectivamente, y de la inmensa cortina de humo (y de porquería) que ha querido proyectar vía director de la Agencia Tributaria (Santiago Menéndez) a la hora de venir a decir que esto de Rato está muy extendido y que (aviso para navegantes) a ver qué hacen los socialistas, los convergentes, los de IU y el resto, pidiendo esclarecer listas negras de contribuyentes incumplidores. A ver qué hacen porque los datos que tiene el ministerio de Hacienda son “la pera patatera” (sic) y que ya nos entendemos.

    A dos días de las elecciones municipales, autonómicas, catalanas y españolas, es aquello del dentista, del “no nos haremos daño, ¿verdad?”, pero a muchas más revoluciones y con espectáculo político que tendrían que reservar en las parrillas televisivas para el horario adulto, fuera del protegido, por cómo de pornográfico e hiriente es. Hiriente de la más mínima sensibilidad democrática, quiero decir. Porque lo dijo el miércoles el director de la Agencia Tributaria, sobre los datos y la presunta información de la polémica: es cosa de la Administración pública, “saber organizarla y utilizarla”. Textual, como diría Flotats. Y un escalofrío pudo recorrer el cuerpo de muchos ciudadanos, también entre los más honestos, que ante esto, ante este “organizar y utilizar”, pudieron intuir, una vez más, la constatación desacomplejada que hace el PP de la utilización vergonzosa y partidista que perpetra de las instituciones de todos al servicio de sus intereses más prosaicos.

    Las instituciones, autoinmolándose. La credibilidad de un Estado, carcomido por quien más se reclaman sus defensores. Es una amenaza, sin duda, la simple perspectiva de poder seguir así. Es esto y un acicate para plantearse muy seriamente un desconectar de todo eso para construir, nuevamente, un marco político y de convivencia a parte que en nada se parezca a este panorama.

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