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- 22 ene
El tripartito que viene
Esta semana que Alícia Sánchez Camacho ha vuelto a hacerse notar (en su línea…) ha pedido entre otras cosas unidad a los partidos unionistas. Sin que sirva de precedente les diré que la idea tiene su lógica, admitámoslo. Y bien, a pesar de que (como el resto de palabras que pronuncia) esto no es más que un eslogan táctico para mirar de quedar como la más española frente a Ciutadans y para mirar de hundir todavía un poquito más al PSC, el caso es que no tengo ninguna duda que al desenlazar las diferentes citas con las urnas de 2015 ésta (PP-C’S-PSC) será una alianza que veremos. Y seguramente cuajará bastante sobre todo en el Área Metropolitana de Barcelona, que es allá dónde en más de un caso (y de dos) estos partidos podrán sumar. Podemos no se añadirá a la fiesta por aquello de que son la alternativa al PP, cosa que los socialistas van perdiendo con todo el resto del equipaje.
Es así de crudo pero un PSC que fue referente del catalanismo vive de hace tiempo básicamente abocado a mirar de retener poder municipal en el cinturón metropolitano. En Barcelona, como excepción, mirará de hacerlo de la mano de un Jaume Collboni que podría sumar con CiU y Esquerra, con Trias y Bosch. Así podría anexar de nuevo una imagen de utilidad y de institución al máximo nivel municipal, y con un sesgo centrado y catalanista. Pero esto dicen las encuestas que lo haría, en el mejor de los casos, como tercera fuerza en el consistorio, con muchas opciones de cuarto o vayan ustedes a saber. Eso sí, Barcelona a parte, los compañeros de camino que se dibujan en el horizonte del PSC son Rivera y Alícia. Y ella que va jugando. Sin manías. Y así de tenso que tenemos a un Miquel Iceta que ayer en el Parlament perdió su habitual ademán flemático en su diálogo cruzado con el presidente Mas.
PSC y PP. PSC y PSOE. Qué compañeros de ruta que se han ido a buscar los socialistas catalanes… o qué cruel que ha sido el destino con ellos. A pesar de que díganle destino o díganle , en terminología Alfonso Guerra, un país que ya no lo conoce ni la madre que lo parió. Y los socialistas que persisten en ello con un chip del siglo pasado, de un país que ya no es, cuando contra el PP ellos vivían mucho mejor y en Madrid tenían alguien con vista que sabía cómo generar expectativas de algo plausible a unos catalanes aún no lo bastante escaldados. Hoy tienen a Alícia al horizonte y a Pedro Sánchez de líder.
¡Ahora! Dicen que no hay mal que dure cien años, y ayer que Alícia se quejaba que en Tv3 la sacan poco, leí las conclusiones de un informe que dice que no, que la vemos bastante sobre todo si atendemos a su representación en el Parlament y si la comparamos con líderes como un Oriol Junqueras que estaría claramente infrarepresentado en los informativos del canal catalán. Es decir, que el problema no es que Alícia salga poco en los medios, sino que cuanto más sale, peor. Igual como un Pedro Sánchez que no para de mostrarse y que cuanto más lo ves menos ganas te vienen de votarlo ni que sea remotamente o en otra vida. Así que para el PSC aún queda esperanza. A Pedro y Alícia les gusta más una cámara que a mí mojar pan en la salsa. No está todo perdido, Iceta. A pesar de que en las municipales que tenemos a tocar ellos sean de lo poco que te quede para flotar.
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