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- 08 ene
El pecado original de Barto (y “los suyos”)
Y finalmente, en Catalunya, un presidente convocó elecciones. En este sentido la atención mediática se centraba desde hace semanas en Artur Mas, pero no. CiU y ERC todavía están deshojando la margarita, señalándose unos y otros con el dedo, buscando ya culpables del no acuerdo. Por lo tanto, mala pinta. Y esto es especialmente grave porque desgasta mucho a los dos grandes activos políticos que tiene el proceso. Pero en este punto siguen encallados. En cambio, en can Barça, la primera institución social no política (ejem) del país, saltó ayer la noticia. El desgaste de su dirección era de hace tiempo insostenible. Pero, ¿por qué?
¿Los motivos? Diversos. De hecho, una conjunción de acontecimientos que se han sucedido desastrosamente, uno detrás de otro, al fin y al cabo, todos ellos desencadenados por un pecado original que viene de Sandro Rosell y de aquellos que lo catapultaron (casi lo empujaron contra la lógica más elemental) al trono de la presidencia del FC Barcelona. Él no era un hombre adecuado para presidir el Barça, y a pesar de todo pasó a ser el presidente más votado de la historia del club. ¿Por qué? ¿Por qué fue esto y seguramente uno de los más nefastos presidentes que ha tenido el club? ¿Por qué fue por la puerta trasera y aún no sabemos los motivos reales de ello? Por lo mismo. Por aquel pecado original que lo explica todo: el odio que mueve montañas (y otras las hunde).
Rosell y aquellos que lo impulsaron, promovieron y catapultaron básicamente aquello que querían era sepultar a Joan Laporta y su presidencia. Sandro muy probablemente sabía mejor que nadie de sus limitaciones para asumir el grandísimo reto de la presidencia de este potro salvaje que es el Barça a la hora de ser conducido. Pero le/s pudieron las ganas de revancha. Le/s pudieron las ansias de acabar con aquello que les había escapado de las manos y de su control, y pasó/aron a obviar por completo lo que había significado un periodo azulgrana que el resto de mortales entendía como extraordinariamente positivo desde el punto de vista institucional y deportivo. Y ganaron a la contra, cuando el proyecto Laporta ya se había agotado. Y una vez al frente de la institución no supieron qué hacer, más allá de destruir. Este es el pecado original que ha acabado ahora con una convocatoria de elecciones anticipadas que desacredita para repetir a aquellos que han tirado por la borda y que no han sabido reaprovechar o potenciar nada de nada del mejor Barça de la historia.
Hay que “rebajar la tensión”, dice ahora Bartomeu. Ellos, sí, seguro. Aquellos que la dispararon hasta unos límites insoportables y que no lo han sabido rebajar ni ganando, cosa que se les ha girado como un bumerán hasta el punto de ser víctimas de ello y cronificarlo hasta entre sus propias filas, en su Junta mismo, y de aquí entre otros factores, el adelanto.
La tensión no se esfumará, como corresponde al contexto de carrera electoral, y menos si el frente deportivo sigue yendo como en los últimos tiempos. Y a partir de aquí, por ahora, básicamente incógnitas: ¿el candidato de esta Junta será en Barto solo o él y algún otro? Agustí Benedito, muy muy bien posicionado, ¿sabrá coger cuerpo de presidenciable y entender que ir a la contra como único mérito ha sido aquello que ha matado aceleradamente el proyecto del rosellismo igual como lo puede hacer con uno nuevo? ¿Joan Laporta se presentará o está valorando muy seriamente concurrir en la amplia lista electoral que está trabajando Artur Mas por si avanza elecciones (catalanas)? Y en caso de no tener elecciones avanzadas en el Parlament, ¿dará el paso y sabrá reinventarse para volver a sonar a nuevo y en absoluto a sinónimo de odio y de pasado como fue el caso de los rosellistas? Y finalmente, como mínimo otro candidato que aún no había dado el paso de lanzarse a la palestra en espera de que las elecciones fueran cuando tocaban, de aquí a un año, ¿arriesgará con una candidatura de prueba y de presentación de credenciales, o lo dejará para la próxima? En breve, desenlace. Que los de arriba tomen decisiones acostumbra a desenlazar que el resto también se ponga a ello al sentirse interpelada. En Catalunya esto también acabará pasando. No les sé decir todavía cuándo, pero sí que ya queda menos para saberlo del cierto.
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