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- 10 dic
Ganas de sorpresa (pero de verdad)
Ya son ganas de sorprenderse. Y lo digo por las declaraciones que hizo ayer el conseller Francesc Homs sobre la intención del gobierno catalán de agotar la legislatura y no convocar elecciones hasta el 2016 si no se llega a un acuerdo para hacer de unas hipotéticas elecciones avanzadas algo más, es decir, el referéndum que el 9-N no nos dejaron montar. Y digo que ya son ganas de sorprenderse porque Artur Mas ya lo había dicho. En la conferencia del pasado 25-N, clarísimamente.
Pero ya son ganas de sorprenderse, o de sobreactuar haciendo como que uno se sorprende haciéndose el indignado y tal, ante aquello que claramente es una típica estrategia negociadora. ¿O es que los mismos que reclaman acentuar las diferencias ideológicas y marcar desacomplexadament las diferencias entre partidos con toda la naturalidad del mundo, como si aquí no pasara nada, se quejarán por aquello que algunos han tildado como una anómala suspensión de la democracia y una congelación de los partidos (en referencia a la propuesta Mas de lista unitaria y de gobierno de 18 meses) y a la vez reclamarán que ahora los partidos se comporten asépticamente y como si de oenegés se tratara? ¿Los partidos tienen que hacer de partidos y actuar como siempre con los esquemas de siempre en unas elecciones anticipadas, pero no pueden actuar así en las negociaciones previas que nos lleven a este escenario o a otro? ¿Cómo se come, esto?
Entiendo las declaraciones de Homs en la línea clásica de las negociaciones políticas, donde los diferentes actores miran de poner presión sobre el interlocutor, para legítimamente mirar de ganar fuerza en el pulso que libran con el otro. ¿Va de farol? Es un pulso, no tiene más secreto. Y CiU, que está en el Gobierno, hace fuerza con uno de los pluses que tiene. I Esquerra, también legítimamente, hace fuerza con sus propios ases, con el apoyo o no a los presupuestos, por ejemplo. Y no hay que dramatizar, si no es que llevarse las manos a la cabeza no es un instinto sino parte de la estrategia de unos u otros, que entonces sí, hagan como quieran y adelante con la comedia, que para eso está y forma parte consustancial de momentos políticos como el presente.
Con todo, una advertencia: si ya tienen bastante de estas historias tan poco estéticas y tan poco edificantes, piensen ni que sea un minuto sobre las virtudes (que igual alguna tiene) de una lista unitaria o de amplio espectro o díganle como quieran pero que ya nos entendemos que quiere decir con CiU, ERC y un montón de gente y entidades de la sociedad civil. Quizás, de lograrse, nos ahorraríamos este típico y aburrido pim-pam-pum durante una temporada maja, como mínimo entre estos actores centrales de nuestra política. Y quizás, ¡mira por dónde!, en vez de hacer como siempre, suman, ilusionan, animan y aportan cosas diferentes ahora que tan cansados decimos que estamos de aquello que nos suena a lo de siempre, como las declaraciones de manual que hizo ayer Homs o como ciertas reacciones histéricas a sus palabras. Yo, una cosa diferente a esto sí que tengo ganas que me sorprenda. Pero de verdad, ¿eh?
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