Elogio de Duran

  • Elogio de Duran

     

    Ayer escuché como Jordi Basté entrevistaba a Oriol Junqueras en El Món a RAC1. El periodista hacía muy bien su trabajo, y lo intentaba y volvía a intentarlo pero el líder de Esquerra tiraba de capelina y no había manera que se mojara sobre Josep Antoni Duran i Lleida y las declaraciones que el otro había hecho el día antes en el programa de Josep Cuní, en 8TV. El de Unió lo había puesto guapo-guapo, pero el republicano no se volvió. Y no lo pude evitar, y al momento le envié un whatsapp de felicitación a un amigo de ERC que me contestó: “Hoy es el día de Mas y no seremos nosotros quien lo ensuciemos”. Un detallazo que en CiU los hay que no lo tienen. Nunca en un momento clave para el presidente. Todo lo contrario.

    Duran i Lleida es un animal político que se ha dedicado a ese mundo desde que tenía cabellos en la cabeza y en la barba. La sabe muy larga y, sobre todo, lo sabe muy bien todo sobre los ritmos de los medios de comunicación y su capacidad de arrastrar y condicionar la agenda política. Ha vivido de ello, y muy bien, durante la mayor parte de su vida adulta. Y tiene la legítima intención que así siga siendo durando bastante tiempo. Y por lo tanto persiste en ello. Y yo creo que lo seguirá haciendo. En esto, además de su dominio del tiempo y de su saber cuándo agriar, cuándo endulzar o cuándo enmudecer, también lo elogio. Es digno de ello, por persistente y por jugador experimentado.

    Ahora bien, encuentro que estas calidades, sin una importante conexión con la base, ya hace días que empiezan a no tener mucho recorrido. Como el cuerpo del pollo sin su cabeza debidamente amputada. Aquí a la inversa. Duran y su menguante (a pesar de que poderoso) entorno parecen cada día más una cabeza que se ha separado de su tronco, de su cuerpo que lo hacía avanzar. Pronuncia una conferencia en domingo, dos días antes de que lo haga Mas, y tiene a todos los medios pendientes de ellos y a un auditorio selecto con la pomada casi al completo. Pero, ¿y su partido? ¿Y su base? ¿Y sus socios de federación? ¿Y los votantes de CiU? ¿Y el apoyo a las encuestas? Todo esto parece que anda hace días de forma independiente (y más bien en dirección contraria) a esta cúpula que con Duran hasta hace no mucho la coronaba.

    Y es que pasa que la gente, una mayoría de la ciudadanía, también se está destapando como bastante persistente. Y también quiere marcar agenda, en este caso la de los políticos catalanistas en conjunto, de forma horizontal y poco vertical al estilo de arriba abajo. Esto, como las innegables cualidades de Duran, también merece elogio. Y ojo que no se acabe imponiendo y fuerce, una vez más, que el olfato y el admirable instinto de supervivencia (política) de Duran lo sumen al clamor popular en contra de aquello que ahora el socialcristiano dice defender. Ya lo vimos yendo a una manifestación donde había dicho que no iría, finalmente con silla de ruedas y muletas. Y también votando, con mala cara, pero allá haciendo cola a su mesa el 9-N. ¿No me digan que estos momentos que a algún otro lo habrían forzado a quedarse en casa o a plegar no merecen también elogio? Yo no sé si sería capaz de hacerlo, y ustedes si son sinceros me aceptarán que tampoco. Tiene su mérito. No lo subestimemos. Y no descartáramos que vuelva a sorprendernos, eso sí, si la gente persiste y, como Duran, no se rinde. A ver quién puede más.

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