El doble de Mas

  • El doble de Mas

     

    Hace pocos días un rumor que insinuaba un ingreso clínico delpresident Artur Mas cogió tanta fuerza que, al ser preguntado por ello en rueda de prensa, el portavoz del Govern, Francesc Homs, miró de quitarle importancia a la cosa, ironizando y diciendo que Mas debía tener un doble porque él al oficial lo veía perfectamente de salud. Pues bien, ya sabemos quién es el doble: una amplísima mayoría del pueblo de Catalunya que hace, por él y por el resto de políticos catalanistas, las escenas de mayor riesgo, como los dobles y especialistas en las películas. Y ayer volvió a ello y consiguió una nueva movilización sin precedentes, en paz, sin estridencias, ordenadamente, con una sonrisa en el rostro y practicando sin problemas la unidad entre diferentes, transversalmente.

    Mas se lo debía mirar desde Palau con un punto de envidia sana. Porque sí, él especialmente y los partidos catalanistas en su conjunto han hecho posible llevarnos al punto en que nos encontramos, desde las instituciones, pero lo que les está costando (y no solo por factores externos) no tiene nombre. Y ahí estuvo, una Diada más, una nueva y generosa muestra del pueblo de Catalunya, para echar el resto cuando los políticos parece que dudan o que les falta algo para culminar lo empezado.

    ¿Lo que aquí les escribo quiere decir que los protagonistas de lo que está pasando en Catalunya son Mas o los políticos en general? No, pero ellos tienen frase, diálogo (guión) y están la mayor parte del tiempo en el centro de la escena. Eso sí, una vez más se demuestra que sin el público (ya no solo espectador) no serían nada. ¿Y la metáfora que les acabo de poner viene a decir que todo lo que está pasando últimamente en el país es puro teatro, pura representación? No, al contrario, y ayer se volvió a demostrar.

    Esto no es Matrix. Aquí no hay cuatro políticos o unas élites oscuras que han orquestado una realidad ficticia que nos plantea un país que no existe. Ahí está el país, sobre todo en la calle, masiva y pacíficamente, para reclamar el voto y la unidad de quienes deben impulsarlo desde las instituciones.

    (Para leer el artículo en EL PERIÓDICO, clicad aquí)