Soraya y la Esteban

  • Soraya y la Esteban

     

    Donde esté La Princesa del pueblo, quita la vicepresidenta del gobierno español, con todos los respetos. Y más si las dos son del PP, como es el caso, como mínimo vía voto en cuanto a Belén Esteban, que así lo confesó en su día, en voz alta (de chillar) y ante cámara (como casi todo lo que hace). Ayer estaban en Barcelona y Belén resumió el sentimiento de las dos: “Catalunya es España”. Pues ala, “fin de la cita”. Y de la visita. Eso era todo. Bueno, en el caso de la vice como mínimo. La otra había venido a firmar libros como churros (que este ya sería otro debate…).

    “Os queremos”, dijo Mariano Rajoy, y Soraya vino ayer por Sant Jordi a menos de un mes para unas elecciones, las europeas, que (re)pondrán en marcha en Barcelona cuando se dé el pistoletazo de salida oficial (de ritual). ¿Vino a querernos, pues? No. Vino a hacer política, ella que pilota la respuesta al proceso catalán desde las instituciones del Estado (las mismas que tienen de responsable de Interior a un Jorge Fernández que demasiado a menudo pone los pelos de punta, democráticamente hablando). 

    ¿Vino para poner en valor que Barcelona es la capital de la edición a nivel del Estado español? Ni una palabra le oímos de eso, cosa que habría podido reivindicar. Pero no. ¿Reivindicar Catalunya? No los sale. Ayer vino a reivindicar que ella tiene el cargo que tiene y que en Catalunya tiene a unos delegados que hacen bondad y otros que le han salido moviditos. El factor editorial o cultural habría dotado de sentido a su visita, si hubiera hablado como merecía el momento. Pero ni eso (que en realidad correspondería al zombi-ministro Wert). Ella, en todo caso, sin manías. Porque van de cara a barraca. Como cuando Esteban respondió al diputado Alfred Bosch “Catalunya es España” justo al instante en que él le regalara un ejemplar de su libro sobre la independencia y cómo de buenos amigos seremos con los españoles el día después de que llegue.

    De postres, los editores se le quejaron amargamente del IVA y de la presión fiscal que sufren en un contexto de crisis brutal, todo ello en una reunión amable pero muy reivindicativa que en definitiva a ella le resbaló de principio a fin porque a eso no había venido. “No he venido a hablar de mi/tu… libro”. ¿Verdad que me entienden? Ella venía a decir (vía foto) “Catalunya es España”. Y ala “fin de la cita” (con los editores).

    (Para leer el artículo en El Singular, clicad aquí)