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- 27 mar
Primarias en Convergència, #SíSíSí
Los partidos creen que la gente está pendiente de ellos cuando en realidad pasa olímpicamente en un tanto por ciento elevadísimo que bordea la mayoría a la búlgara. Partamos, por favor, de esta premisa (desafortunada o no). Y a partir de aquí, fuera miedos, señores políticos: ¡Arriesguen!
En Convergència, en la actualidad cuaja la sensación que nada se tiene que mover porque aquello que pase en el partido puede desestabilizar el momento político crucial que vive el país. “Lo primero es el proceso y el resto queda en segundo plano”, te aseguran. Y una cierta razón la pueden tener. Si se refieren a las pequeñeces individuales y propias del politiqueo, de acuerdo. Pero esto no lo puede hipotecar todo, y a la vez tiene que quedar clara otra cosa: el proceso tira adelante gracias a la gente pero también por unas mayorías parlamentarias e institucionales que las hacen los partidos políticos. Si los partidos que están por el derecho a decidir se derriten o sufren un descalabro, el proceso tampoco podrá culminar. ¿Verdad que lo ven?
Dicho esto, preguntémonoslo muy sinceramente: ¿la salud de Convergència como partido es buena? Hablemos de ello. ¿Lo es la de la mayoría de partidos del momento? Evidentemente que no. ¿Y la de los partidos que gobiernan todavía menos. Si a eso le sumamos que el secretario general de Convergència, Oriol Pujol, está imputado (no sabemos hasta cuando) y delegó (hace tiempo) sus cargos en tres personas diferentes, esto suma desgaste evidente a una maquinaria de partido que no tenemos que perder nunca de vista que antes que nada tiene que ser útil como herramienta al servicio de aquellos que desde la militancia o desde el territorio o desde sus plataformas de representación quieren ser a la vez útiles al resto de la sociedad. Y la militancia en Convergència hace tiempo que reclama atención y estímulo en su día a día. Por decirlo finamente.
En este contexto hay que leer el post de ayer del diputado al Congreso Carles Campuzano “CDC, partido abierto”. Sé de qué va. Se pueden hacer matices pero lo entiendo, y en parte es así porque hace unos días participé en la convención de Convergència como invitado. Él estaba ahí. Yo intervenía en una mesa redonda sobre regeneración democrática y reclamé partidos abiertos, política abierta, primarias para elegir candidatos y estructuras (¿por qué no?) también en CDC. Y el caso es que ninguno de los asistentes (militantes casi todos) no me dio un retorno negativo. Porque la base asume que hay que moverse, que hay que buscar vías de reconexión, que hace falta apertura e intentos sinceros de implicación de la ciudadanía en la política. Y más en el momento que vivimos actualmente.
“La propuesta de Campuzano es muy inoportuna”, me decía un dirigente del partido ayer. ¡Error! ¿Es inoportuno para el proceso? ¿Verdaderamente alguien cree que la reactivación interna de un partido, más allá de los titulares interesados de la prensa adversaria, influirá negativamente en la población? ¿Alguien cree que los distraerá del proceso? ¿De verdad que tan pendientes creen los partidos que tienen a la gente? ¡Pero si desgraciadamente (y en muchos casos con razones de peso para hacerlo) pasa todo lo contrario! Por eso hace falta que CDC se plantee reactivarse lo máximo de abiertamente posible. Y tan pronto como pueda, sin abandonarse a la inercia. Para engrasarse como maquinaria al servicio de su sociedad y del proceso por el derecho a decidir que impulsa un Artur Mas con toda la autoridad para liderar, como lo hace externamente, también un salto adelante interno en un partido con décadas a los hombros pero que no quiere convertirse en enmohecido. Nuevos escenarios de país y nuevos retos colectivos reclaman instrumentos políticos renovados, atractivos, que cuenten, que sumen, potentes y útiles. Por lo tanto, ¿primarias y mecanismos de elección más abiertos? En Convergència y en todas partes, #SíSíSí. Por los partidos, por la política y por el país.
(Para leer el artículo en El Singular, clicad aquí)