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- 24 dic
Cambios en Palacio
Ayer el portavoz del Govern, Francesc Homs, anunció “cambios”, en la sala de prensa de Palacio mismo, y las alarmas se dispararon. ¡Como si no tuviéramos ya bastante material en los últimos tiempos, que todavía queremos más! La “canallesca” somos así. En todo caso, y a la espera de otros tipos de movimientos como podría ser una remodelación de gobierno donde entrara Esquerra y que esto implicara por ejemplo un nuevo portavoz, yo me limitaré a avanzar un cambio seguro, bastante más prosaico, eso sí. Uno que todos veremos en breve seguro: habrá renovación escenográfica en la sala de prensa, que ya tocaba. Más azul y, en definitiva, cambio de la puesta en escena de las ruedas de prensa que el gobierno de CiU heredó del tripartito. Normal. Lo extraño ha sido que tardaran tanto en ponerse a ello, sin duda como consecuencia de la obligada austeridad y del presupuesto muy limitado que remueve un ejecutivo de Artur Mas muy selectivo con el gasto.
¿Habrá más cambios, y de más profundidad, a partir de enero? Ahora mismo no me consta (de lo contrario también se lo diría), pero respecto de esto ya no tengo tan claro que haga falta. ¿Esquerra tiene que entrar al Govern? Depende. Si tiene que ser para sumar, adelante. Si tiene que ser para restar, que lo piensen mucho y muy bien. Entre las filas de Mas hay de hace tiempos una pandilla de hiperentusiastas con la necesidad que la ERC de Oriol Junqueras asuma carteras en el Ejecutivo que tiene que culminar el camino hacia la consulta. Creen que Esquerra se encuentra muy cómoda en su papel a la oposición y que CiU se desgasta a solas gobernando en momentos muy desagradecidos. Pero reitero: que piensen mucho y bien en ello.
¿Hace falta que ERC se desgaste? ¿O quizás aporta más al proceso desde la oposición y haciendo posible que, a pesar de todo, la mayoría CiU-ERC siga sumando en todas las encuestas y por lo tanto también en la perspectiva de un hipotético escenario postelectoral que no sabemos cuando nos encontraremos? Y más preguntas: ¿dónde es escrito que CiU tenga que seguir desgastándose en el Govern, una vez resuelto el frente “pregunta y fecha” y ahora que todos los que de esto saben dicen que hemos pasado el peor de la crisis? ¿Gestionar la remontada (o su expectativa) no puede ser un buen activo para CiU y su marca, muy ligada a la buena gestión (sobre todo en contraste con el tripartito)?
Esquerra en el Govern, en tiempo de Maragall y Montilla presidentes, no fue precisamente sinónimo de serenidad ni de gestión eficaz. Unió y Convergència, por su parte, arrastran de hace décadas y no se sacan del encima su complejo de Pimpinela, y ya suficiente trabajo tienen para no contradecirse cada dos por tres en público. ¿Hay que añadir al muy delicado e incierto momento político que vivimos la incógnita de si unos y otros superarán su inercia histórica? ¿De si unos y otros funcionarán mejor juntos en el gobierno de cómo lo hacen ahora en la dialéctica Ejecutivo-primer partido de la oposición, los dos a la una? Quizás sí, hablémoslo, pero si lo tienen que hacer que sea para promover un cambio profundo, de fondo, un claro punto de inflexión en la buena dirección. Porque si no, para la foto, ya con los retoques escenográficos pueden ir tirando.
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