¿Crisis o catarsis?

  • ¿Crisis o catarsis?

    «Las crisis son siempre oportunidades». ¿Autora de la frase? Esperanza Aguirre. De este martes. No se corta un pelo. Y es que no hay duda de que tiene razón y que la cofradía de ver siempre el vaso medio lleno ha identificado tradicionalmente una crisis como mucho más que un grave problema. ¿La idea? No hundirse con la crisis sino entenderla como una oportunidad para hacer catarsis, para reinventarse, para pasar página y coger impulso. Otra cosa, está claro, son las muy mal disimuladas ganas de Aguirre de aprovechar la crisis del PP por el casoBárcenasen su ambición de relevar en el poder a Mariano Rajoy sí o sí. Pero el otro no se estará quieto. Callado quizá sí, tanto como pueda, pero movimientos a corto y medio plazo ya se están cociendo en la Moncloa. Fuentes muy cercanas al equipo de Rajoy admiten que de cara a otoño podría haber crisis de gobierno. Es decir cambio, ganas de proyectar un reponerse. Y en esto coincidiría Rajoy con las intenciones de un Artur Mas de quien en su entorno más inmediato se admite que también en otoño tendrá que sacudir partido y Gobierno. 

    Desde Convergència se asume que este otoño habrá novedades en el procedimiento judicial que tiene imputado a Oriol Pujol por el caso ITV, y que a partir de aquí habrá que moverse. Desde el mismo Govern uno de los hombres más cercanos al president asume que «hay que hacer algo, se tiene que reaccionar, tiene que haber sacudida, porque el partido (internamente) es como si no existiera y ahí nadie manda». Conclusión compartida por más de un peso pesando: en otoño se tendrá que hacer un pensamiento, y que se note. Con Pujol o sin él. 

    Según uno de los hombres más cercanos a Mas, a principios de este año, al poco de formar el Govern, el president admitió en pequeño comité que el líder que en el futuro lo tendrá que sustituir se encontraba ya en el Consell Executiu. Nombres a retener, en este sentido, son sobre todo cuatro: Francesc Homsconseller de la Presidència y portavoz; Germà Gordóconseller de Justícia; Santi Vilaconseller de Territori i Sostenibilitat, y Felip Puigconseller de Empresa i Ocupació. 
    Todos ellos han emitido señales en los últimos tiempos sobre su voluntad de estar en la carrera por la sucesión o, como mínimo, han dejado claro que tienen ganas de decir la suya y ser decisivos en el proceso cuando sea llegado el caso. Queda lejos, o esta es la idea con que trabajan en CiU, pero en los tiempos convulsos que vive la sociedad y la política del país, ya nada se puede guionizar o calendarizar como años atrás. En este sentido, una próxima remodelación de Gobierno y la reestructuración de la cúpula de Convergència pueden dar pistas interesantes. Sobre si siguen en clave solo de crisis o si optan por la catarsis.

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