-
- 05 may
Los Guardianes de la Semana (15)
Esta semana, Miguel Ángel Rodríguez (MAR) ha sido noticia. Para muchos no pasaba de ser un tertuliano habitual en los medios, muy afín él al PP, pero poco más. Ahora que ha sido detenido por quadruplicar la tasa de alcoholemia al volante de un coche que en un accidente chocó con tres vehículos aparcados, muchos se han fijado en él.
Pero el caso es que muchos lo teníamos ya muy presente de los tiempos en que fue uno de los hombres de confianza de Aznar. Uno de sus grandes guardianes del mensaje, amigo personal de él y de su mujer, Ana Botella. Fue portavoz del gobierno de Aznar en Castilla y León entre el 1987 y el 1989, año en que los dos empezaron etapa al frente del PP a nivel de todo el Estado.
Con Aznar de secretario general del PP asumió la dirección de la Oficina de Información del PP, encargándose de las relaciones con los medios de comunicación y de la imagen del partido (el 89 crearon el departamento de telegenia del PP). No se afiliaría al partido hasta 1995, poco antes de que los populares accedieran por primera vez a la Moncloa.
Con Aznar ya de presidente, en 1996 fue nombrado secretario de Estado de Comunicación y pasó a ejercer de portavoz del gobierno español. Asumió estas funciones hasta 1998. Disfrutaba de mucho poder en el ámbito de la comunicación. Lo vivía con orgullo, hacía ostentación de ello y no dudaba en buscar el choque frontal con sus adversarios. Imperdible, esta entrevista de aquella época en El País, donde explica qué hace (y que ha hecho) para Aznar en el ramo de la comunicación: “Soy la cabeza que debe coordinar las telecomunicaciones y la información“. Por ejemplo, no niega que él fue uno de los grandes ideólogos de frases-cuña como el mítico “váyase, señor González”. En las campañas electorales de Aznar, tenía incluso la función de supervisión de la puesta en escena de los mítines y él encendía la lucecita roja del atril de Aznar para advertirle cuando los informativos de televisión conectaban en directo.
Su carácter explosivo lo defenestró por sus choques con los entonces socios del PP, con el momento álgido (y casus belli final con Jordi Pujol) cuando a colación de las selecciones deportivas vaticinó que los nacionalistas “acabarán jugando a las canicas”. El 10 de julio de 1998 cesó en sus cargos, oficialmente “por motivos personales”. Su sustituto como portavoz fue Josep Piqué, que entonces pasaba por ser uno de los grandes puentes del gobierno Aznar con CiU. Antonio Martín Marín lo sustituyó como Secretario de Estado de Comunicación.
Al abandonar la política activa, asumió la presidencia de la multinacional CARAT España (entre 1999 y 2006), y siguió colaborando con la fundación de Aznar, la FAES, por ejemplo editando vídeos polémicos (siempre de impacto, marca de la casa) como Tras la masacre, sobre los atentados de la 11M de 2004 en Madrid. También fue el responsable de los actos conmemorativos del centenario del Real Madrid, en 2002.
A pesar de ser nacido en Valladolid y formar parte del círculo más íntimo de Aznar, también como asesor, nunca fue considerado como un miembro del famoso “clan de Valladolid” que impulsó Aznar hasta el poder y que después constituyó buena parte de su fuerza en la sombra. ¿Por qué? Quienes no formaban parte acusaban aquel grupo de soberbia intelectual. De aquí, quizás, que nunca metabolizaran como uno de los suyos a un MAR “demasiado zafio y sin clase”.
Esta semana, a partir de unas imágenes de recurso que en La Sexta iban pasando de los tiempos de Aznar en la Moncloa, identifiqué a uno de los miembros más destacados de aquel clan, fugazmente, y una vez acabada una sesión de foto de familia de ministros con Aznar, entrando él y MAR con el presidente al recinto monclovita: Carlos Aragonés. Quien fuera jefe de gabinete de Aznar durante sus ocho años en la Moncloa. Él fue uno de los puntales de aquel “clan de Valladolid”. Él fue uno de los grandes guardianes del mensaje de Aznar, y uno de sus más destacados ideólogos liberales. A día de hoy es diputado, y crítico con Rajoy solo para empezar.
Con él, Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cultura en el primer gobierno Aznar y secretario de Estado de Cooperación en el segundo, conformó el núcleo duro del clan durante los primeros años. Cortés y su amigo Arturo Moreno (que llegó a vicesecretario general del PP pero tuvo que dimitir después por el escándalo del caso Naseiro) impulsaron el grupo. Fueron los grandes protectores del Aznar de los primeros tiempos e introdujeron a Aragonés en su círculo. Cortés lo había conocido cuando Aragonés estudiaba Derecho en la Complutense y era asesor del PP en Madrid, y Aznar lo fichó como jefe de Gabinete ya en Castilla. Era entonces (y fue después) una de sus mejores plumas. Un gran speechwriter.
¿Otros nombres de entre la guardia pretoriana de Aznar? José María Michavila, primero, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, y después de Justicia, de donde acabaría siendo ministro. (es el que en la foto del post sale junto a Aznar, Cascos y MAR)
También hay que destacar el nombre de Pilar De Castillo, primerA directora general del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), después ministra de Cultura. Ella y su marido, Guillermo Gortázar, empezaron a emerger desde el laboratorio de ideas de Aznar. En FAES despuntarían de la mano de Cortés. Otro matrimonio, el entonces formato por la hoy ministra Ana Mato y Jesús Sepúlveda (imputadísimo en el caso Gürtel), habían sido llamados antes por Aznar para asesorarlo ya en Valladolid, pero a pesar de identificarse con el grupo al principio, el clan no los acabó de aceptar nunca. La altura cultural que les atribuían no era la mínima exigida, se ve.
Y junto con Aragonés, en el despacho anejo al de Aznar, Alfredo Timmermans (su subdirector de Gabinete de Presidencia), a quien Francisco Álvarez Cascos había rechazado como jefe de gabinete en Génova 13 en sus tiempos de general secretario del PP. Con ellos, Baudilio Tomé, que fue, primero, director de la Oficina Presupuestaria de Presidencia, y después secretario de Estado de Telecomunicaciones. Eran algunos de los nombres más destacados de entre los guardianes del mensaje de Aznar. Y cuando él y su presidencia pasaron, los buenos tiempos políticos pasaron para la mayoría. No para todos, pero sí para gran parte de ellos.
¡Ah! Pero Pedro Arriola sigue asesorando a Rajoy, ¿eh? A él en el gobierno de turno no lo veremos nunca, pero trabajando para él cuando ahí está el PP, de momento sí seguro. Es el oráculo y gran lector de encuestas y sondeos, primero de Aznar (desde 1989) y después de Mariano Rajoy. Marido, por cierto, de la ex-ministra Celia Villalobos.
La próxima, más Guardianes de la Semana.