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- 28 abr
¿La verdadera consulta?
Hay una expresión popular (y muy política) en los Estados Unidos que viene a decir que solo los duros de cada bando pueden hacer posible un gran pacto entre antagonistas. La frase-metáfora es «Nixon in China» y recuerda la mítica visita que en 1972 hizo el presidente estadounidense a Mao. Aquello supuso el inicio del deshielo de las relaciones entre las dos grandes superpotencias. Antes, Henry Kissinger, por la parte estadounidense, había abierto camino. Solo ellos, la administración republicana, los duros, podían hacer aquello. ¿Y ahora entre Moncloa y Sant Jaume, quién?
En esta dirección cabe decodificar las declaraciones de hace unos días de Germà Gordó, el conseller de Justícia y uno de los miembros (sin duda) del núcleo más soberanista de Convergència. Él es uno de los grandes puentes abiertos que tiene Mas para el diálogo con Madrid. Él, el conseller, hace tiempo que encargó que le abrieran allí agenda y enlaces. Lo hizo, entre otros, vía una agencia de relaciones públicas, Tinkle, que con Xavier Curtichs al frente ya había colaborado con el partido cuando en la casa quien coordinaba la estrategia de comunicación era David Madí. Por cierto, un Madí que el día de la sonada conferencia de Gordó, allí estaba. Ambos mantienen la sintonía.
Esta es una de las grandes vías abiertas que tiene Mas en Madrid. Duros para los duros. Pero, ¿y si ni así no llega el acuerdo para la consulta? En Palau lo tienen claro: «La consulta se hará, pero no está escrito que solo haya una manera de consultar a la ciudadanía». ¿Estas fuentes y otras del entorno de Oriol Junqueras se refieren a elegir entre referendo o alguna otra tipología de consulta similar? No. Hablan de una alternativa de consulta: la de las elecciones con una lista soberanista que como mínimo integre CiU y ERC, y que tenga como punto nuclear el Estado propio. Esta sería la consulta que en CiU y ERC tanto dicen que, por tanto, se hará «sí o sí».
Convocar elecciones es competencia exclusiva del president, así que él podrá controlar cuándo ha llegado el momento. Y Junqueras solo le reconocerá a Mas la opción de ir de número uno y él de dos. «A los herederos que sonaban hace días, Oriol les ganaba a todos», dice uno de sus hombres. De ahí que estas últimas semanas ya se haya ido trabajando la manera de vestir un replanteamiento de los planes previos al 25-N. Mas repetirá como cabeza de lista. Las presiones han hecho y harán el resto. Dicen en CiU: «Estamos defendiendo el programa electoral y la voluntad del pueblo expresada en las urnas frente a unos poderosos que quieren controlar las instituciones desde despachos. En tiempos de regeneración democrática es casi revolucionario». ¿Quién hubiera dicho que veríamos una CiU con discurso antiestablishment? Si esto ocurre, el plan B de consulta no pinta del todo exótico, ¿verdad?
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