De pirámide a cilindro

  • De pirámide a cilindro

    Entrada la madrugada de un sábado. Fuego en una casa del pueblo. Suena un móvil y su amo descuelga al momento. Al otro lado van directos al grano: «Alcalde, ¿todo bien? ¿Han llegado todos los efectivos?». El alcalde responde agradecido que todo parece estar controlado. Pero su interlocutor añade: «¿Quieres que vaya?». Es el conseller de Interior, Felip Puig , y evidentemente, si no lo tenía ahí ya antes, se mete al alcalde en el bolsillo. Cosas de l’oncle Felip, como unos cuantos se refieren a él en CDC. 
    Al congreso de Convergència del próximo fin de semana, Puig llega con mucho menos trajín previo del que acostumbraba desde sus tiempos de secretario de organización, cuando se estrenó haciendo tándem con el desaparecido Pere Esteve, secretario general. Desde entonces, Puig ha sabido moverse como pocos en el territorio. Y desde aquellos años también, empezó un proceso de acento del discurso soberanista en el partido nacionalista. 
    Corrían mediados de los 90 y Esteve , impulsor de la Declaración de Barcelona que unió a CiU con el PNV de Xabier Arzalluz y el BNG de Xosé Manuel Beiras , intentaba explicar a quien se lo preguntara el porqué de su «coyuntural» pacto con el PP. Esteve dibujaba recurrentemente ante su interlocutor una pirámide y la dividía en tres estratos, al estilo de placas tectónicas. Era una analogía con la militancia convergente y su grado de soberanismo, que según razonaba era amplio en la base, un poco menos en los cuadros intermedios y mucho menos en la cúpula. Unos 15 años después, la pirámide ha mutado en cilindro, y el congreso de los próximos días 23, 24 y 25 de marzo lo debe institucionalizar. 
    De ahí la tranquilidad de un oncle Felip, que, con todo, no se ha estado quieto: ha conseguido colocar a su hijo político , el badalonés Ferran Falcó , como presidente de la federación de CDC de las comarcas de Barcelona, y además, como conseller del Govern, pasa a ser miembro nato del Comitè Executiu Nacional. En caso de quererse asegurar plaza en el lugar ante una hipotética futura reestructuración del Govern en la queArtur Mas prescindiera de él, podría hacerlo si el próximo fin de semana concurre en la lista del nuevo secretario general, Oriol Pujol . De hacerlo, la militancia, una vez más, lo avalaría como a pocos. Cosas de l’oncleFelip. Pero quienes le conocen bien lo ven tranquilo. ¿Quizá porque es de los que más disfruta viendo la conversión de su partido de pirámide en cilindro, homogéneo de arriba abajo en lo soberanista?

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