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- 26 ene
No pienses en Nessie
Caer en la caricatura sería hacerlo en lo fácil, y errar. De ahí el pulso que están librando los gobiernos de Londres y Edimburgo camino del referendo que se ha propuesto convocar el primer ministro escocés, Alex Salmond. Cómo se formulará la pregunta y, sobre todo, cuándo se celebrará la consulta son las dos grandes batallas que tiene en estado de alerta al Gobierno de David Cameron. Ya solo queda disputar el factor calendario.
Porque ¿estamos hablando de un referendo sobre la independencia? ¿Sí? ¿Seguro?
George Lakoff, gurú que lo ha sido de los demócratas norteamericanos y que lo fue de José Luis Rodríguez Zapatero y de su equipo en la Moncloa, para desgracia del ya expresidente español, tuvo en su libro No pienses en un elefante su obra mediática cumbre. La tesis del libro defiende que si el partido que libras con tu adversario (político) se desarrolla en su terreno de juego, partes con una desventaja muy grande. Por tanto, intenta tener siempre el factor campo a favor. En ello están Cameron y Salmond.
Cameron quiere la caricatura. Quiere que la consulta sea lo antes posible y que la pregunta sea lo más simple posible: «¿Independencia sí o no?». Sería la reducción folclórica de la consulta, a propósito de si los señores de la falda a cuadros y de Nessie, el monstruo del lago Ness, deciden amputar esta parte del imaginario brit a los súbditos de Isabel II. Ahí Cameron tendría ventaja y, de hacerse ya, seguramente el referendo fracasaría con total seguridad.
Salmond, en cambio, necesitaba tiempo para motivar a la afición, y buscaba una pregunta amplia, al estilo de la que en 1995 se formuló en Quebec a la ciudadanía, cuando el sí perdió por muy poco, con el 49,42% de los votos. Pero no ha podido ser. Al final, la pregunta será bastante inequívoca: «¿Está de acuerdo con que Escocia debería ser un país independiente?».
La consulta que desea Salmond, primero, la quiere ganar, y segundo, quizá sobre todo tiene la independencia como cebo. Por ejemplo, para plantarse en una negociación con Londres desde una posición de fuerza, una vez superado un referendo en clave soberanista. ¿Y una negociación sobre qué? Por ejemplo, sobre un pacto fiscal con Londres, que supere en mucho el actual sistema de financiación escocés, o para gestionar de una forma más eficaz para la región el gas y el petróleo del mar del Norte. No se trata solo de «liberar a Nessie». Como dijo Bill Clinton en 1992: «¡Es la economía!».
En Catalunya, el president Artur Mas parece haberse propuesto el camino inverso. Primero, probar con la negociación de un nuevo pacto fiscal, amenazando si es necesario con romper costuras de la Constitución española. Luego