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- 29 sep
Una apuesta fuerte
El cardenal de la historia que se llevó la palma en cuanto a celebrity fue sin duda Richelieu, muy especialmente gracias a Alexandre Dumas. Y por cierto que estos días se estrena nueva versión cinematográfica de los tres mosqueteros míticos, con aquel pérfido príncipe de la Iglesia de por medio. Ahora bien, Mazarino, el otro gran cardenal celebrity de la historia, habría merecido como mínimo un accéssit en el premio al más conocido. Por ejemplo por màximas como esta: “Simula y disimula”. Siglos después, la política (y más allá) sigue poniendo hechos a estas y a otras palabras suyas.
En el Parlament lo estamos viviendo con el debate de política general. Simula y disimula. Lo hizo el presidente Artur Mas el martes, en su primer discurso, y ayer, en sus réplicas a los discursos de la oposición, haciendo ver que cree que alguna vez en la vida será posible la unidad de las principales fuerzas políticas catalanas por el concierto. Simula esto, hace como que no ve claro que mientras el PSC no se desmarque del PSOE esto no llegará nunca, y disimula haciendo un llamamiento que sabe que caerá, por este lado, en saco roto.
El PSC también simula y disimula. Hace como que encaja el reto de ir hacia la unidad, cuando sabe realmente que no tiene ningún margen de maniobra para hacerlo con unos mínimos de manos libres, y disimula como poniendo incluso condiciones a Mas de cara a un acuerdo que está escrito y es profecía que si llega solo será porque habrá sido posible rebajarlo al mínimo común denominador.
Esquerra cierra el círculo de este espacio central del catalanismo. Evidentemente, también optando por el simula y disimula. Con Joan Puigcercós disimulando y haciendo como que no ha entendido perfectamente que la oferta del president va directa y casi en exclusiva a ellos, o si lo quieren, sobre todo al partido republicano. Disimulan, ponen como los socialistas condiciones encima de la mesa, pero éstas son tan accesibles que como silbido mirando al cielo queda lejos de ser muy efectivas. Dice ERC que exige objetivos claros para dar su apoyo a la petición de un pacto fiscal justo entre Cataluña y Madrid. Y ya saben que, quizás otros cosas no, pero números en el Govern no paran de hacerse desde que Mas y su equipo accedieron a él.
Y así vamos, de homenaje en homenaje a los clásicos y las máximas como la de Mazarino. Simula y disimula. Mas recoge el guante republicano y dice que hará “una apuesta fuerte”, como haciendo que no ha entendido perfectamente que los republicanos también han empezado a moverse por otro tipo de “apuesta fuerte”, evidentemente pacto fiscal a un lado. Habrá que seguirlos leyendo entre líneas, entre disimulos varios, y observar en todo ello el grado o no de simulacro.
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