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- 18 sep
La transición nacional(ista)
¿Cómo es que todo el mundo da por hecho una mayoría absoluta del PP de Mariano Rajoy? Mucho mérito es del PSOE, pero al final también hay que reconocéselo al gallego, como mínimo por haber resistido. En esto tiene un punto en común con Artur Mas. El desierto. Y como el president en su día, empieza a trascender que una vez llegado al poder Rajoy tendrá muy presentes aquellos quienes más fieles le han sido durante la travesía en la oposición. Unos cuantos de ellos, catalanes. Uno, que se ha sabido esta semana que será el cabeza de lista del PP por Barcelona, Jorge Fernández Díaz. Suena fuerte como próximo presidente del Congreso.
Alícia Sánchez Camacho sale en todas las quinielas como ministrable, y otro catalán, Jorge Moragas, pinta que reinará en el complejo de la Moncloa, en su cocina, como jefe de gabinete o ministro de la Presidencia. Son hipótesis, como la de la victoria popular, muy plausibles. Y a estos nombres catalanes, en las últimas semanas se añade otro: Josep Piqué. Su feeling con Rajoy nunca ha dejado de estar ahí. Suena con fuerza para carteras como Economía. ¿Lo vieron el jueves en el Ritz? No, ¿verdad? Buena señal.
Y con tanto catalán por metro cuadrado en el gobierno de un PP subido en la cresta de su mayoría absoluta, ¿qué espacio le queda a CiU en la política española? ¿lo tendrá? ¿será necesario? Por ejemplo sobre el pacto fiscal, uno de los cocineros de Sant Jaume es claro: “Esto ya no se lo cree nadie.”
¿Alternativa? El repliegue en Cataluña y la evolución definitiva del discurso. Sobre el concepto de transición catalana, en la calle Córcega también son claros: “La transición nacional va de la autonomía al estado. No tiene más secreto.” Y rematan: “Lo tenemos claro. pero no podemos hacerlo de la noche a la mañana porque no tendríamos credibilidad y no arrastraríamos a todos aquellos que querríamos. Debe ser un proceso. Corto, pero proceso. Hace tiempo que vamos yendo.”
El próximo congreso de CDC tiene que ser esto, un nuevo paso en esta transición de los nacionalistas de Convergència hacia una apuesta decidida por aquello que Mas pronunció reiteradamente en su discurso a Tv3 en motivo de la Diada, y en su comparecencia posterior al acto institucional en el parque de la Ciutadella: la transición nacional catalana.
También se contempla con alegría desde Sant Jaume y Córcega, sudes de govern y CDC respectivamente, como en casa del socio democristiano hay movimiento. Paren atención de la foto de la Diada, con estelada de fondo, de los democristianos Josep Maria Vila d’Abadal, alcalde de Vic, y Antoni Castellà, secretario de Universidades. ¿Y Josep Antoni Duran i Lleida? “Son sus últimas elecciones como candidato”, confían dirigentes convergentes. Sí, pero le quedarían por delante 4 años de diputado, ¿no? “¿Sin pintar nada en Madrid?”, se preguntan retóricamente las mismas fuentes.
Ante este escenario, ¿decisiones a corto plazo? Un sector de CDC defiende la necesidad de un pacto de gobierno que incorpore el PSC, ERC e incluso ICV: “Ante la mayoría absoluta del PP y de lo que nos llegará, será necesario”. Pero lo que está cuajando más es la necesidad de un pacto con ERC. “Seguramente durante esta legislatura sin integración de ellos en el govern, pero ya sí a partir de las próximas elecciones catalanas”. La recomposición de ciertas grietas necesitan de pegamento muy compacto que ayude a unir. En este sentido, el contexto siempre es el gran superglue3 de la cosa. Y éste se está fabricando a marchas forzadas. Tendrá que llegar el 20-N y el resultado electoral que todo el mundo prevé. Pero, sobre todo, tendrá que llegar el congreso de Esquerra, el de CDC y el de Unió, con sus transiciones respectivas.
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