Líderes, equipos y viceversa

  • Líderes, equipos y viceversa

    Mariano Rajoy y Artur Mas son cara y cruz en muchos aspectos. Por ejemplo, del presidente español, cuando se habla de su equipo en la Moncloa, hay quién versiona aquella mítica frase del Cantar del mio Cid y dice «Dios, qué buenos vasallos, si tuvieran un buen señor». De Mas dicen lo contrario, sobre todo voces críticas del propio partido con el entorno del president en el Palau: «Está demasiado solo y poco asistido con eficacia en un momento muy crudo». ¿Los unos tienen ganas de estar en el lugar de Rajoy y los otros en el del equipo de Mas? ¿O tienen quizás un punto de razón?

    En la Moncloa, la vicepresidenta y portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, «es la jefa de todo». Donde no llega ella, lo hace su equipo, plagado de abogados del Estado. «En este Gobierno, mandan y controlan los abogados del Estado», dice un buen conocedor de aquel ecosistema. Además de Soraya, también es del ramo su gran coordinador, el subsecretario de Presidencia, Jaime Pérez Renovales, el auténtico cerebro ordenador de la vice.

    Con Soraya y Renovales, el núcleo duro monclovita (gabinete de Jorge Moragas a parte) se completa con José Luis Papi Ayllón, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, junto con María Pico, jefa de gabinete de Sáenz de Santamaría, y Miri Barrera, su adjunta. Ayllón no solo hace de conexión con el Congreso, sino que es un multiuso en la sombra valuosísimo para Soraya. Picos y Miri controlan bien la comunicación de la vice, pero Carmen Martínez Castro, secretaria de Estado de Comunicación, no las deja hacer con el resto del Gobierno. «A pesar de todo, funcionan al servicio de su no-líder», dice un asesor del PP. Y remata: «Tiran a pesar de él como un reloj».

    En contraste, en Catalunya, desde las filas de CiU, los hay que empiezan a echar de menos acción y coordinación en el Palau: «El president no puede hacerlo todo. El momento es demasiado crítico y el desafío, demasiado contundente, y se le ve demasiado solo». Según uno de sus fieles, «ni el socio de Unió, ni el socio de Esquerra, ni su equipo en el Palau no le ayudan lo bastante. Los dos primeros en cuanto a lealtad, y los últimos en cuanto a eficacia». Hay nostálgicos de la época en la que el hoy conseller de Justícia, Germà Gordó, ocupaba la Secretaría del Govern. Ahora, en su lugar, está Jordi Baiget, hombre de la más estricta confianza del conseller de Presidència, Francesc Homs, y director general de Coordinación Interdepartamental en tiempos de Gordó. «Entonces Baiget ejecutaba metódico, pero a las órdenes de la mano de hierro de Germà, que nos ponía a todos en solfa», asume un asesor de un departamento clave, que remata: «Había sensación de acción. Ahora no».

    Todo no se puede tener a la vida, dicen. Pero igual Mas o el equipo de Rajoy acaban algún día decidiendo que eso no es del todo cierto.

    (Para leer el artículo en EL PERIÓDICO, clicad aquí)