Los Guardianes de la Semana (10)

  • Los Guardianes de la Semana (10)

    Seguimos con la serie de Los Guardianes de la Semana, una vez más, con un marcado acento francés.

    François Hollande no pasa por un gran momento. La economía, el momento social y político en general están instalados en un contexto de crisis pero todo apunta a que él como presidente, como liderazgo desde que accedió al Elíseo, no ha vivido de otra manera.

    Poco después de ganar ya se le relacionaba con la palabra crisis… en su relación con una peculiar primera dama, Valérie Trierweiler, periodista y muy temperamental. A raíz de su guerra sucia en Twitter contra la ex de Hollande, Ségolène Royal, en plena campaña de ésta en las elecciones legislativas francesas. A raíz de este momento, la salida a escena del hijo del presidente y Royal: Thomas Hollande. Evidentemente defendió a su madre frente a la actual pareja de su padre.

    ¿Se puede ser hijo y guardián del mensaje a la vez? Pues el caso es que Thomas fue una de las piezas clave en el backstage de la campaña del candidato Hollande. En su equipo web y de redes sociales. Pero aquello fue durante el proceso electoral previo a su entronización.

    Estas últimas semanas, la prensa francesa va bastante repleta de los síntomas que apuntan a un deshincharse bastante prematuro del proyecto Hollande… entre otros, con los guardianes del mensaje como protagonistas:

    1. Cuando los miembros de los gabinetes de los ministros huyen en tromba, hay un problema. Así lo explicaba Libération el pasado miércoles con este artículo de Laure Bretton a doble página: “La exécutif patauge dans la fuite des cabinets” (aquí la segunda página de la información). La pieza describe como “en diez meses, ocho ministros se han separado de sus más cercanos colaboradores… una dinámica que comienza a inquietar al gobierno Hollande”. El primero en caer fue Géraud Guibert, director de gabinete (dircab) del ministerio de Ecología. El último, Stéphane Israël, jefe del equipo ministerial de Arnaud Montebourg. También han caído la mano derecha, entre otros, los populares ministros Manuel Valls y Christiane Taubira. El ya ex dircab de esta última a Justicia, Christian Vigoroux, ilustra con su ministra la megafoto que encabeza el artículo. Él y otros guardianes del mensaje son síntoma de las dificultades del joven gobierno Hollande.

    La pieza incorpora una interesante definición de director de gabinete: “Profession Dircab. Le directeur de cabinet est le plus proche collaborateur du ministre, qu’il seconde dans sa prise de décision. Il coordonne le travail des conseillers techniques du cabinet, négocie ou communique au nom du ministre. Son rôle, d’ordre politique, se distingue de celui du chef de cabinet, lequel gère plus spécifiquement l’agenda et les déplacements du ministre“.

    2. Más síntomas de problemas: Cuando no se sabe qué decir. Aquí la pieza “Hollande: parler, mais pour quoi dire?“, De Le Nouvel Observateur. Aquí la segunda página del reportaje, con foto de Hollande rodeado de micros. Y aquí la tercera, con mención a Claude Sérillon, “le nouveau gourou de la communication présidentielle”. Por cierto, que sobre estrategias televisivas del presidente francés, aquí una comparativa entre la suya y las de Mitterrand y Chirac.

    3. Y rematamos con el ambiente que se está instalando en el equipo del Elíseo: “Quand la Defiance s’installe“, de Sylvian Courage, también en Le Nouvel Observateur. Aquí la segunda página del reportaje. Y aquí la tercera. Dicen que “la desolación” se está extendiendo, sobre todo, entre el equipo más cercano al presidente: asesores y ministros. ¡Eso sí! Hay uno de irreductible: Aquilino Morelle, consejero político especial y escritor de los discursos del presidente. Dice: “No hay que esperar milagros a partir de sus intervenciones. Se trata de explicar las decisiones que se han hecho, volver a un presupuesto equilibrado, a la competitividad y al esfuerzo, a la política de empleo y el diálogo social. Pero siempre hemos dicho que la confianza de los franceses no devolverá hasta que no haya una mejora en la situación económica “. Un poco como por todas partes.

    En el texto también podemos leer una referencia de su hijo Thomas, que describe a Hollande como “difícil de prever”, vaticinando su reacción menos esperada (y, se entiende, en positivo).

    ¡Veremos! Si lo dice su hijo … y guardián del mensaje … ;)

    La próxima semana, más.