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- 23 dic
Moragas y su People en Moncloa
Hoy se ha confirmado lo que hace semanas largas que digo sobre Jorge Moragas y su equipo. Reinarán al ala Oeste de Moncloa. Él será la jefe de gabinete del presidente. Aquí os apunto un capítulo de mi último libro (ya en librerías como Medios) Los guardianes del mensaje (Trípodos, 2011). A la segunda parte del libro (Panorámica de un instante a la historia) apunto el equipo de espines que más estrechamente ha trabajado en Génova 13 con Mariano Rajoy estos últimos años. Aquí os lo reproduzco:
La Moragas’ People
Diputado por Barcelona, la importancia de Moragas no reside en este cargo electivo tanto como en el de coordinador de Presidencia y Relaciones Institucionales del PP. Una responsabilidad que lo ha convertido, de facto, en el jefe de gabinete y mano derecha del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy. Asumió el cargo en el xvi congreso del PP celebrado en Valencia el año 2008, donde Rajoy se hizo definitivamente con la estructura del partido y se rodeó de un núcleo duro de su estricta confianza, con Moragas como uno de los pilares básicos del grupo. No muchos años antes, este abogado barcelonés había empezado a despuntar, primero como director del Gabinete del secretario general de la Presidencia del Gobierno (1998–2002) y después como secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del PP (2002–2008). En la actualidad, también es director de Relaciones Internacionales y patrono de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).
Tres gabinetes en uno
El área de Presidencia y Relaciones Institucionales del PP, con sede en la Calle Génova (13) de Madrid, pivota sobre tres nombres, Moragas y sus dos principales hombres de confianza, Alfonso de Senillosa y Víctor Calvo–Sotelo. De hecho, cada uno de estos dos asesores coordina dos gabinetes diferenciados que, juntos, componen el departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales. A los de su equipo, compañeros de partido los conocen círculos políticos y periodísticos como los Moragas’ People. Los tres ejes principales del grupo son nacidos en los años sesenta: Moragas en 1965, de Senillosa en 1968 y Calvo–Sotelo en 1961. Un equipo de asesores, por tanto, «joven». Y estos son, descritos sintéticamente, los dos subgabinetes que configuran el conjunto de su ámbito de actuación en Génova 13:
- El gabinete ejecutivo: está dirigido por Alfonso de Senillosa, emprendedor, también de origen barcelonés y fundador de la red de establecimientos y centros de trabajo Workcenter. Vendió esta cadena y se centró en las nuevas tecnologías. En 2008 se incorpora al equipo que Moragas empieza a construir. Y con él trabajan un equipo de cinco júniores de menos de treinta años de edad en todos los casos, con perfiles profesionales variados (uno de ellos es ingeniero de telecomunicaciones), expertos en documentación, diseño gráfico, logística y actos, y discurso. De Senillosa «exprime» las ideas del equipo, constituido también en un grupo de incipientes escritores de discursos. La Convención Populares 2011, en su plasmación gráfica y escenografía, se inspiró (con raíz en este grupo) en el diseño de Mac y Apple. La imagen, la escenografía del poder, al servicio de la proyección de un PP a la última y atractivo para las nuevas generaciones.
- El gabinete de análisis: está dirigido por Víctor Calvo–Sotelo. «Lo de él, ni se ve ni se oye». Así de explícito es Moragas respecto del ámbito de actuación de las funciones de Calvo–Sotelo en el backstage popular. Porque Rajoy tiene una agenda compuesta a su vez por otras dos: una reactiva y una proactiva. La reactiva consiste en responder a compromisos, reuniones, encuentros y demás que hayan pedido personas o grupos interesados en contactar con el líder popular. Moragas recibe a algunas de estas personas y grupos. Y si él no puede hacerlo, Calvo–Sotelo es el hombre. Si de estos encuentros surgen ideas, proyectos o propuestas interesantes, Moragas las comunica a Rajoy, y si éste les da su visto bueno, van directas al gabinete ejecutivo de Senillosa, que las convierte en acciones.
Moragas, de marcada formación influida por el mundo anglosajón, ha profesionalizado con esta estructura y sus dinámicas de trabajo el ámbito de análisis y estrategia del PP de Rajoy. Asume el paradigma de la campaña permanente y es por ello que comparte con el presidente popular interés por los análisis, cifras y datos que el sociólogo de cabecera del PP, Pedro Arriola, les dispone a través de la demoscopia, con sus encuestas. «Al final, con todo ello sobre la mesa, la decisión es política, es del presidente», advierte. No hay dudas sobre el origen del relato popular y todo el mundo en el PP sabe quién decide en el entorno inmediato de Rajoy. Su liderazgo en el partido se ha visto reforzado, también por este flanco.
«Que nadie se atribuya el ser gurú»
Moragas se autodefine como «un moderado con tendencia al pacto», como «un convencido de la triangulación». Y admite que su trabajo es, sobre todo, de influencia: «los asesores estamos para ayudar, sujetos a la estrategia que marca el líder». Y tiene clara una petición que debería hacerse extensiva a todos los profesionales del gremio: «que nadie se atribuya el ser gurú».
Es el gran spin doctor de Mariano Rajoy, y a pesar de que reniega del papel de «gurú», su condición de gran estratega de comunicación y mano derecha del líder es pública y notoria. Su figura, incluso, ha adquirido relieve mediático y atención de la prensa en este sentido. El lunes 24 de enero de 2011, en la sección «la Mirilla» de la página dos de La Vanguardia, el rotativo barcelonés destacaba su papel en la organización y desarrollo del acto central de la Convención Populares 2011. Un extracto del texto dice: «[…] tras el vídeo, Rajoy apareció por un lateral del escenario caminando con el mismo paso firme y rápido hasta el estrado, donde ya le habían colocado su discurso, escrito, en contra de lo habitual, pues suele guiarse en sus intervenciones por un guión. Ayer todo estaba medido, y lo que tenía que hacer Rajoy, seguir, parar, esperar aplausos, se lo indicaba desde enfrente su jefe de gabinete, Jorge Moragas.» Su jefe de gabinete. Elevado a la máxima categoría jerárquica oficial del equipo del líder. Aunque éste no es oficialmente su cargo.
Su perfil claramente político —más allá del de estricto estratega— ha comportado una proyección pública que en general ha sabido dosificar, y de hecho tuvo que ser en diciembre de 2010, a través de las revelaciones de la web Wikileaks, que Moragas fuera utilizado por primera vez contra el liderazgo del líder del PP. Mariano Rajoy apareció en 129 de los 3.620 cables filtrados y que habrían sido enviados por la Embajada de los Estados Unidos en España a Washington entre 2004 y 2010. Este material mostraba un gran interés de las autoridades norteamericanas por el jefe de la oposición. De hecho, Rajoy era objeto de más comunicaciones que el propio José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo nombre constaba en 111 cables. Y entre otras referencias al líder del PP, unas de Moragas en las que afirmaba: «no soy un hombre de Rajoy sino un miembro leal del PP que responde cuando le piden un servicio.» El coordinador de presidencia de los populares tuvo que salir al paso de estas revelaciones, argumentando que está «políticamente» con el presidente de su partido, Mariano Rajoy, pero que, ser, no es «de nadie». Moragas recalcó la diferencia entre «ser y estar». «Yo estoy políticamente con Rajoy y, ser, no soy de nadie, como mucho de mi madre, de mi mujer y de mis hijas», declaró en una entrevista en RNE. Y hasta ahí.
En el Equipo B
El equipo de Moragas ha conseguido dotar de coherencia al relato de Rajoy. Son su «entorno». No hay equívocos. Ellos son los interlocutores y los manufactureros del relato del líder popular. Todo empezó a ir así a partir de 2008, después del congreso post derrota electoral en las elecciones legislativas de aquel año. Pero Moragas ya había colaborado en aquella campaña, «en el equipo B», según sus propias palabras. El tradicional equipo que examina y testea sobre el terreno las decisiones de una campaña para tratar de asegurarse al máximo sobre la conveniencia o no de según qué acciones, así como la necesidad de ponerlas en práctica lo antes posible ya sea de forma oficial u oficiosa.
Según Moragas, «yo ya no era solo el secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del PP», y a su «equipo B, que contaba con gente de los Estados Unidos y de México, y con el que ya hice de spin doctor», asegura, «se le hizo caso demasiado tarde». Proponían scripts (guiones) para hacer vídeos como el de una familia a quien, mientras veía que Zapatero afirmaba que la economía iba bien, se le embargaba el piso entero, televisión incluida. La encuestas, «a la búsqueda de apoyo científico», demostraban que era necesario poner el acento en el factor económico más que en el identitario. Pero el frame fue difícil de cambiar y el PSOE se impuso por segunda vez consecutiva a Rajoy. Moragas y su equipo aún no decidían. Por ellos lo hacía un perfil de político mucho más «a la antigua». El senador Pío García Escudero, director de campaña del PP en aquellas elecciones legislativas del 2008.
Un dossier por acción
En 2011, la rutina del trabajo en equipo de este grupo ya instituido oficialmente como la sala de máquinas del PP de Rajoy está claramente interiorizada por todos sus miembros. Por cada acción, un dossier. Y aquí «acción» equivale a acto de partido con protagonismo del líder. El subgabinete de Alfonso de Senillosa, el grupo de speechwriters, trabaja la documentación necesaria para construir el discurso. Así, en cada intervención de Rajoy éste cuenta con un documento a modo de DAFO (análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) de los protagonistas del acto. Los responsables de escribir y de documentarse para la elaboración de estos dosieres son dos jóvenes miembros del equipo de de Senillosa, que no alcanzan los treinta años, una de ellos, es licenciada en derecho y tiene un máster de liderazgo cursado en los Estados Unidos, donde también formó parte de un curso de debates, famosa tradición universitaria en aquel país. A su compañero, también licenciado en derecho, lo ficharon a partir de sus intervenciones en el Foro cibernético de Nuevas Generaciones, las juventudes del PP.
Con estas propuestas y estructuras de mensajes, Moragas suma al documento sus «bolillos»: unas cinco ideas por protagonista del discurso. Ideas fuerza. Posibles titulares para la prensa. Conceptos con sustancia y gancho mediático. Y cabe destacar que sobre el menester, Moragas no ha realizado más formación o máster que la misión que en 2002 le encomendó José María Aznar: ser su «ojeador» del centro–derecha internacional. Primero en Colombia, donde el enviado del entonces presidente apuesta contra el candidato oficial de la derecha y a favor de Álvaro Uribe, entonces un disidente del Partido Liberal Colombiano, interlocutor natural del PP de Aznar. Durante aquel período de tiempo, con su misión, Moragas sigue todos los procesos electorales latinoamericanos (México, Nicaragua, Brasil…) y también en los Estados Unidos, donde en 2008 él destaca que fue el único político español invitado a la vez a la convención de Barack Obama (en Denver) y a la del republicano John McCain (en Minnesota). En 2004 había enviado gente de su equipo a la convención demócrata de Boston, pero él fue a la de los republicanos de Bush en Nueva York.
La ruta de Moragas en procesos electorales siguió por Francia, Alemania, Portugal… y hasta Andorra. Según el propio Moragas, «los denominadores comunes de todos estos procesos electorales que pude seguir en primera persona es donde está el núcleo del conocimiento sobre comunicación política que yo pueda tener». En este sentido, es curioso como la denominación Moragas’ People, que les aplican no sin cierta sorna propios y extraños que conocen su equipo, recuerda al concepto Sarko Kids con el que alguna prensa especializada se refería al equipo de campaña del después presidente francés Nicolás Sarkozy. Moragas ha colaborado con su equipo y es un gran admirador de Sarkozy, por otro lado, otro gran admirador de los Estados Unidos.
En el partido, Moragas despacha (como voz del presidente) con la directora de comunicación (dircom) y jefa de prensa del PP, Carmen Martínez Castro (por otro lado, también estrecha colaboradora del líder desde hace años) y con el portavoz de la formación, Esteban González Pons, que ostenta el cargo orgánico de vicesecretario general de Comunicación. Martínez Castro, incluso mejor que Moragas puesto que ella responde estrictamente a un perfil profesional vinculado al ámbito de la asesoría en comunicación política y concretamente, a la gestión de la relación del partido con los medios, es la discreción personificada. Sabe perfectamente de la importancia del factor invisibilidad en su ámbito de actuación.
Moragas con Martínez Castro, de facto, llevan conjuntamente la comunicación del partido y la del líder. Él a nivel de agenda y de relato, y ella como responsable de la relación con los medios. Son, coordinados y con papeles diferenciados según un criterio profesional, una ayuda importante camino de la consolidación del liderazgo de Mariano Rajoy.