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- 08 sep
Esto irá justo
Las encuestas, las de toda la vida, ante unas elecciones como las del 27-S donde todo habrá cambiado tanto (empezando por las candidaturas que concurren), servirán para retratar poco y más bien para acondicionar demasiado. El esquema que nos apuntan tira de las coordenadas de siempre, cuando éstas han sido fulminadas. Pero dicho esto, retengan sólo un dato. Uno que une todos los sondeos publicados hasta ahora. Hay un importante mano a mano entre los partidarios de la independencia y los que no la ven. Y eso, de no cambiar algo bastante significativo en las próximas dos semanas, quedará retratado así en las urnas y dejará un panorama complicadísimo de gestionar.
Y es que a ‘Junts pel Sí’ las cosas no le pueden ir bien. Debe aspirar a que le vayan muy bien si lo que se trata es de llevar adelante la hoja de ruta pactada por Convergència, Esquerra y las entidades soberanistas. Cierto votante soberanista convencido de que se había relajado unos meses atrás ha despertado y se ha reactivado. Las cloacas del Estado, los Felipe y compañía lo han hecho revivir. Pero es evidente que el unionismo también ha jugado sus cartas a conciencia, no siempre de forma contraproducente para sus intereses, y también ha ayudado a concienciar de que estas elecciones van en serio y que no lo dirán pero tienen carácter de plebiscito . Parte de este voto también se ha activado y tiene campo por correr.
Ante esto, se abren tres incógnitas de voto importantes. Está claro para qué servirá el voto para ‘Junts pel Sí’ y para el PP y Ciutadans. Sin embargo, ¿y para ‘Catalunya Sí Que Es Pot’? Colau ya ha demostrado en Barcelona en poco tiempo cómo de poco que inquieta a nadie en el establishment y en Madrid, y la capital catalana queda fuera de la AMI, y a otra cosa. Ellos están por otra cosa. No por la construcción de un nuevo estado.
¿Y Unió? Más de un militante de los que aún les queda se estiró los pelos cuando este fin de semana vio como Enric Millo repicaba exactamente palabra por palabra declaraciones de Josep Antoni Duran Lleida a la prensa, para dar por fallecido políticamente a Artur Mas. Esto es lo que les queda. Escaso. Y bastante inútil para una opción o la contraria, de las dos que se contraponen en una elección con carácter plebiscitario.
¿Y la Cup? No será obstáculo, te dice en petit comité su gente. Pero no lo pueden decir. Y el debate nominal sobre si Mas y Convergència sí o no puede hacer perder energía y tiempo, y sobre todo unidad de acción y fuerza cuando más las precisas el independentismo. Saben que a la hora de la verdad el denominado “voto útil” les puede recortar la expectativa de crecimiento.
Bueno, y del PSC ya no hablo en clave de incógnita. Felipe y el PSOE les hacen la campaña en contra cada día (desde hace décadas) y esto no ofrece ningún tipo de duda. Centrémonos en otros, que no son pocos, a ver si encuestas aparte afinamos la puntería de cara a las elecciones catalanas de nuestras vidas. Que no son unas más y que, a pesar de lo que nos digan en los próximos días, harán sufrir. Porque, o algo importante se mueve a un lado u otro, o esto irá justo. Mucho.
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