Honestidad de ida y vuelta

  • Honestidad de ida y vuelta

     

    Ya me sabrán disculpar pero no compro esto de campañas para hacer que soberanistas (que en unas municipales no optarían por el PSC) voten en las primarias abiertas para elegir candidato a la alcaldía de Barcelona en favor del “candidato soberanista” Jordi Martí Grau. Y no porque un servidor no empatice con él o con su posicionamiento, sino porque de base no puedo estar de acuerdo con una iniciativa así. Porque no corresponde como merece a un gesto de apertura y de honestidad política como el que está mirando de hacer un PSC en plena megacrisis.

    Las primarias abiertas que ha montado el PSC en Barcelona buscan reconectar. Tantea nuevas formas de hacer y de acercar la política en una sociedad catalana dónde ha crecido tremendamente la desafección de la ciudadanía respecto de las instituciones y quienes nos representan. Busca tejer de nuevo lazos de confianza que nunca se tendrían que haber roto. Vínculos que la política demasiado a menudo ha dinamitado, pero no sola. El resto también tenemos responsabilidad. ¿Menor? No les digo que no. Pero, en todo caso, cuando los ciudadanos tenemos la oportunidad de sumar por una sociedad mejor, la idea es que no hagamos todo lo contrario. La idea es, por ejemplo ahora que un partido se abre a decidir colectivamente sobre sus liderazgos, que no hagamos que se lo tengan que repensar. Que no les paguemos con la moneda del pellizco de monja o de un innecesario dedo n el ojo.

    Hoy, si un ciudadano catalán se siente socialista (o socialdemócrata) y soberanista (o independentista), tiene unas cuántas opciones políticas bastante en alza y potentes a disponer, con cúpulas que apuestan legítimamente igual como legítimamente la del PSC no lo hace, también elegida por su base. Está bastante claro que este votante no optará en las urnas significativamente por el Partit dels Socialistes. Y que no lo hará tampoco por Jordi Martí si éste acaba siendo el candidato del PSC al Ayuntamiento de Barcelona. Seamos especialmente sinceros en este punto, por favor. Por lo tanto, al gesto de un PSC de Barcelona que apuesta por un proceso tan alentador como éste, y al gesto de una dirección de Pere Navarro que ha decidido no obstaculizarlo ni pastelearlo, ¿hace falta que el resto correspondamos con campañas para impulsar un candidato a quien el sobiranismo no votará y a quien se condenará a que no lo vote ni una mayoría de los electores que tradicionalmente han optado por el PSC?

    Jordi Martí, como Jaume Collboni, como Laia Bonet, como Rocío Martínez Sampere o como Carmen Andrés, seguramente ofrece muchos motivos para apostar por su opción. Él, por ejemplo, una experiencia en la política municipal y un conocimiento de las problemáticas concretas de la ciudad que ninguno de sus contrincantes no puede igualar (de momento). Pongan esto en valor, pues, y si al ponderar el pack encuentran que merece la pena apostar por él, primero como alcaldable del PSC y después como alternativa a Xavier Trias, adelante a votar Martí aunque no sean militantes del PSC. Y aquí una de las grandes cosas de este proceso de primarias. ¡Ahora! Si su idea es seguir alimentando el debate nacional también en clave municipal y después no acabar votando un PSC que ya les está bien que se hunda como cuarta o quinta fuerza en el consistorio, entonces yo les recomendaría que se abstuvieran en este proceso. Por honestidad. Porque la reclamamos a los políticos pero para hacerlo con fuerza tendríamos que practicarla todos.

    (Para leer el artículo en El Singular, clicad aquí)