Ecosistema y asesores políticos

  • Ecosistema y asesores políticos

    Hace pocos días, ZP anunciaba la redistribución de ministerios después de la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba. Al acabar la rueda de prensa, disparo de los flashes que captaron junto a él a José Enrique Serrano, director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, con rango de secretario de Estado. Ya lo fue en su día de Felipe González. En Los guardianes del mensaje también tiene su espacio. Spin en otros contextos, aquí asesor con sus propias atribuciones. Os apunto fragmento del libro que quiere provocar reflexión y debate sobre la adaptación al medio de la figura de los asesores.

    Cómo el ecosistema condiciona la fauna política. También a los asesores

    Los procesos electorales explícitos son la culminación, el clímax, el momento de máxima plasmación del proceso de venta constante en que se ha convertido la actividad política. Es en este contexto que los asesores de comunicación, los equipos de estrategia y de comunicación del líder obtienen una visibilidad también más explícita, por concentrada en el tiempo y por su espacio protagonista —creciente en nuestro entorno— en los media. Pero, ¿y su estudio académico? En España es aún escaso. No así en países con una tradición democrática más larga, como los Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania. De estos ejemplos se pueden extraer métodos de análisis y actores a tener en cuenta, y también quedan de manifiesto cómo influyen las diferencias que los diversos contextos sociales y políticos infligen, y que dejan su huella en un país u otro a nivel de los actores políticos protagonistas, así como de sus roles.

    Sin réplica exacta

    Igual como la política de una década difiere por fuerza de la anterior, por una mera causa temporal. Igual como una sociedad es diferente a su vecina por múltiples factores, ya sean estos geográficos, históricos, climatológicos o demás. Por esta misma regla, el sistema político de un país —condicionado, entre más factores, por su momento y por su contexto social— no puede tener una réplica exacta en otro. En consecuencia, los actores implicados en el proceso político también responden a este contexto político propio de una sociedad determinada. En este sentido, la figura de los spin doctors que tanto ha arraigado en países como Gran Bretaña y los Estados Unidos no ha llegado a implantarse aún en países donde el contexto social y político, así como la aún incipiente profesionalización del ámbito político, no han creado el marco idóneo para ello. Pero paulatinamente esta figura del tablero político va incorporándose, adquiriendo rango de oficialidad y reconociéndose como disciplina en más países. Eso sí, las tareas y los perfiles profesionales varían según el sistema político y el entorno social que los acoge. En el caso español, la diferencia aún sustancial que separa los asesores de comunicación y estrategia de los spin doctors anglosajones se explica básicamente por cuatro factores:

    1. El oficio nos ha llegado muy recientemente. El asesor del político vive su condición de una manera muy pasional, sin acabar de entender que es necesaria una estrecha vinculación al líder que a la vez conviva con un alto grado de profundidad en el análisis de los juicios profesionales a aplicar. El contexto democrático español, que empieza a renacer a finales de los años setenta del siglo pasado, no pedía hasta entonces de esta figura, como sí la pide en un contexto no dictatorial. Durante los períodos de falta de libertades políticas y públicas, el régimen, para imponer —que no «persuadir de»— sus postulados, tira directamente de la propaganda o de la represión. Cuando en España éste era el caso, en países como los Estados Unidos o Gran Bretaña hacía mucho tiempo que gozaban de sistemas democráticos consolidados, con perfiles implicados que a día de hoy cuentan con un recorrido aquí muy limitado. Es el caso de los spin doctors.

    2. El volumen de mercado es aquí muy limitado (de momento). El sistema político estadounidense o británico implica un circuito electoral mucho más amplio que el español. Existe en estos países una industria del spinning que se justifica en gran parte por el sistema de elección, más representativo, con listas abiertas, con sistemas de elecciones primarias más consolidados y ciertos. En los Estados Unidos, además, la cultura democrática y la tradición del país somete a votación figuras como la del sheriff y otras que en sus homólogas españolas no se someten a este proceso electivo popular. A pesar de ello, el ámbito municipal y el sector privado está siendo, en estos últimos años, un factor dinamizador importante del incipiente sector de la asesoría de la comunicación en España.

    3. Una excesiva decantación hacia la comunicación en el sector de asesoría. En el contexto anglosajón, en el proceso spindoctoral, se implican profesionales con perfiles más transversales que en el nuestro, con formación como marketing o ADE, y con estudios específicos y anexos en comunicación y en sus diferentes disciplinas. En España se da un mayor acaparamiento del ámbito de asesoría estratégica por parte de profesionales del ámbito de la comunicación, con una decantación superior hacia una de las patas que sustentan el ámbito de asesoría, pero que no pueden quedarse en las relaciones con los medios.

    4. La sumisión de los asesores y su ámbito de actuación a las estructuras partidistas. La elaboración del discurso, la elaboración de la estrategia, la elaboración del marketing en los procesos electorales. Tres ámbitos de actuación que ejemplifican cómo en los países anglosajones se asume la gestión —en mucha mayor proporción— por parte de profesionales externos a las estructuras tradicionales de los partidos. En los Estados Unidos, por ejemplo, los partidos son básicamente estructuras electorales siempre a punto para cuando se avecinan comicios. Durante la legislatura, su peso es muy discreto, sobre todo en lo referente a sus dirigentes, con mucho menos peso que los institucionales. En el contexto español, en la génesis de la inmensa mayoría de decisiones en ámbitos de actuación como los apuntados, no intervienen los asesores externos si no es para consultar aspectos demoscópicos, y en el caso de los consultados desde la administración, siempre justificando su trabajo al servicio del interés general de los ciudadanos.